El otro día intentaron estafarme por Linkedin.
Os explico: un tipo quería conectarse a mi ordenador remotamente para hacer desarrollos de aplicaciones para terceros usando una cuenta mía en una web para estos menesteres... obviamente, después de aceptar un trabajo y recibir un pago, el tipo supuestamente desaparece y es a mí a quien reclamarían el dinero puesto que la cuenta es mía (mi nombre, mi dirección, mi cara, un vídeo mío de verificación, etc..).
La verdad es que es brillante.
Solo que fueron a dar con un troll con algo de tiempo libre... y le maree un poquito contándole alguna trola, no mucho, la verdad, puesto que me cansé del rollo este bastante rápido...
Aquí tenéis lo que pasó:
En mi primer mensaje le pregunto de qué va todo el tema, a ver si el tipo esta REALMENTE interesado en timarme y si quiere dedicarle algo de tiempo al asunto.
El tío esta deseando engatusarme, así que se explaya en las explicaciones de como va a funcionar todo.
En mi siguiente mensaje le vamos a trollear un poco con alguna barbaridad, a ver si pica el anzuelo.
¡Y parece que pica!
El tío esta deseando llevarme al huerto, así que empieza a enviar varios mensajes seguidos.
Ha llegado el momento de empezar a trollear seriamente. Hay que subir las apuestas.
El tío muestra su estupefacción, pero no quiere soltarme.
El tío sigue preguntando por lo suyo.
Se puede notar como cree que me tiene atrapado completamente en sus redes.
Empiezo a pensar en como darle un final épico al asunto...
Joder, después de darle un final digno de una peli de James Bond, el tío no abandona!!!!!!!
La madre que lo parió.
Venga, voy a estirar un poco el chicle, a ver hasta donde puede dar la cosa de sí...
Y aquí es donde me aburrí del asunto.
Ya han pasado muchos días desde su último mensaje.
Le echo de menos.
¿Creeis que debería volver a escribirle?
No se, estoy indeciso.
Escribid algún comentario a ver si queréis que siga con la cosa...
¡Hasta la vista Frikis!