A diferencia de los cuentos infantiles consumidos previamente a esta época, donde el malo es un malo clásico, sin florituras, un auténtico mal nacido, como el Lobo que se come a la abuelita, o la bruja que quiere comerse a Hansel y Gretel, o la Bruja que envía al cazador a matar a la Bella Durmiente al bosque... una figura muy útil para que un niño aprenda que hay Bárcenas... ups, perdón, quería decir que hay Cabrones sueltos por el mundo de los que deben protegerse.
Es entonces que en estas series de dibujos animados encontramos la característica figura del "malo que se vuelve bueno", normalmente tras pelear con el protagonista y descubrir su terriblemente equivocado punto de vista. Al tiempo que se descubre un pasado dramático rollo: "La sociedad me ha hecho así, yo no tengo la culpa". Joder, eso es lo que yo llamo ser débil de carácter. Vamos a hacer un repaso de los malos-buenos que me han marcado profundamente:
Buffaloman, de Musculator
Una de las series más frikis que se han hecho jamás.
Para convencerse de lo friki de la serie solo hace falta fijarse en el estrambótico elenco de personajes que acompañan a nuestro héroe Musculman: un luchador tejano, un chino estrafalario, un tipo con un casco medieval en la cabeza, un indígena americano y uno de los más desconcertantes de todos: un nazi... sí, un nazi con uniforme de las SS que también parece volverse bueno. Los japoneses es lo que tienen, que viven en su mundo y al resto nos miran con una curiosidad momentánea para luego volver rápidamente a su hentai con monstruos tentaculares.
En esta serie casi TODOS los personajes amigos del protagonista previamente han sido sus acérrimos enemigos, cosas de basar una serie de dibujos en el artístico deporte del pressing catch, donde cualquier contrincante puede romperte la espalda con la llave adecuada.
Uno de los que más me gustaron fué Buffaloman, un malo maloso líder de una banda de esperpentos diabólicos, le salen pinchos de las rodillas, le crecen los cuernos de forma absurda... y por encima de todo, su orígen es EESSSSSPPPPPPAÑA!!!
Sí, amigos frikis, España exporta no solo políticos ineptos y sin curriculum como nuestra ministra de trabajo, si no también algunos de los más bizarros archienemigos al mundo: el Torero de Daredevil, Vega de Street Fighter o Buffaloman.
Satanás Cor Petit Jr. (en otros idiomas Piccolo), de Dragon Ball
Es cierto que antes de Satanás Cor Petit Jr. se hiciera bueno, antes cambió de bando Ten Xin Han, y después cambió Vegeta, entonces, ¿por qué elegir al hijo de Satanás Cor Petit?
En mi opinión es una némesis cuasi perfecta, aspecto malévolo, vestuario misterioso e hijo de un horrible monstruo que fué asesinado sin piedad por el héroe de turno (atravesándole el pecho nada menos), una némesis torturada por la rabia y el odio. ¿No es maravilloso?
Además es el protagonista de una de las últimas peleas de Dragon Ball que disfruté intensamente, con un intercambio dinámico de puñetazos y patadas molonas en un combate de kung-fu fantástico, sin caer en el cansinismo de rayos por aquí y rayos por allá, desapareciendo durante minutos enteros... bueno, seguro que ya sabéis a lo que me refiero, ¿verdad?
También me gustó su evolución subsiguiente y, de una forma poética, aprovecha para matar a Goku, el asesino de su padre, mientras luchan hombro con hombro contra su hermano llegado de las estrellas, con un rayo mortal que los atraviesa a ambos. Y ante la amenaza que se cierne sobre la tierra debe enseñar a pelear al hijo de su enemigo. Super Cool!!!!!
Al final, como cualquier concepto-personaje en esta clase de anime, la cosa degenera: primero se fusiona con Dios, y luego se fusiona con uno de su raza, y después pasa algo más pero ya perdí todo interés por la serie.
Fenix, de los Caballeros del Zodíaco
El Caballero del Fénix fué el primer malo auténtico de los Caballeros del Zodiaco, más allá de los primeros contrincantes con armaduras de bronce. Pobrecicos.
El caballero más molón - con permiso del Caballero del Dragón, of course - de la serie, con un ataque parecido al del golpe de la grulla de Karate Kid pero con un pájaro de fuego a su espalda y envuelto en llamas. Molonidad extrema.
Es el tipo de individuo que aunque recibe una paliza de muerte, se levanta inmediatamente y suelta una chulería como: "¿eso es todo?" y "no eres tan impresionante como dicen, ahora me toca a mí". Y le vuelven a dar otra paliza. Pero se vuelve a levantar diciendo: "eso no ha estado tan mal" y terminando con un "aunque mi hermanita lo haría mejor".
Malcarado, pendenciero, violento e impaciente, un auténtico y delicioso cóctel explosivo. Resumiendo: con carisma.
Mark Lenders, de Campeones
Recuerdo una conversación con un compañero de colegio, cursando la E.G.B., en la que me dijo: "Mark Lenders sí que mola, no como Oliver". Ya se lo que estáis pensando: que yo recuerde esa conversación de niño demuestra un estancamiento psico-emocional peligroso, pero dejémonos de obviedades y sigamos con la chorrada en cuestión.
La frase me ofendió como buen fan de Oliver que era, entonces ignoraba el concepto "reaccionario", pero ya empezaba a intuirlo. Lo que no me cuadraba era que jamás había visto en un partido de fútbol hacer lo que hacía Mark Lenders, es decir, ir con la pelota en el pie y tirar a todos los contrincantes que se pusieran en tu camino (sin ser tarjeta roja, claro), por lo tanto, me parecía un poco ridículo ser fan de Mark.
Si bien a Mark Lenders no se le puede etiquetar de "malo" como "villano hijo puta destructor del mundo", sí entra en la categoría de NEMESIS del protagonista, representando lo opuesto a Oliver y pretendiendo vencerle a toda costa en una competición hasta límites insospechados. Podemos ver el espíritu de Mark Lenders en este vídeo: egocéntrico, violento, egoísta... lo puto peor, vamos.
Sí, así es Mark, un futbolista que empujando la pelota puede proyectar a otros dos niños que se tiran en plancha con el simple uso de la fuerza de su pierna derecha.
Real como la vida misma.
Crocodine, de Fly
Siempre tuve una debilidad por la serie FLY. Me moló mucho el estilo de fantasía medieval y magia (estilo Dungeons&Dragons) mezclada con la estética japonesa de Dragon Ball. ¿Qué puedo decir? Soy fácil de contentar.
Crocodine, un monstruo grande, feo, fuerte y con un hacha enorme, es el primer Boss al que se enfrenta nuestro pequeño aprendiz de héroe y al que, después de vencerle en combate y no matarlo (¿por qué siempre hacen eso?) termina convirtiéndolo en un paladín de la luz.
Creo que el segundo Boss de la serie, un tipo dueño de una armadura supuestamente invencible (que después se demuestra que no era para tanto) y una espada flexible muy molona anexada al yelmo, también corrió la misma suerte pasándose al lado de nuestro jovencito héroe.
Una lástima que el ánime quedara inconcluso, porque siempre quise saber lo que pasaba en el combate contra el caballero del dragón, un tipo con bigotón, hombrera cool con forma de dragón y espada molona que SPOILER SPOILER SPOILER ¡era el padre de nuestro héroe!
¿Qué tienen en común? ¡BACKGROUND!
Sí amigos, para que los espectadores inocentes nos encariñemos con estos personajes que han sido tan malos hay que ofrecerles un background, una historia triste oculta tras su maldad que los hace víctimas de un entorno hostil y terrible. ¡En realidad son víctimas que no han tenido más remedio que actuar así!
Afortunadamente encuentran a un héroe recto, fiel a sus amigos, moralmente intachable, incansable, luchador... y se cambian de acera a las primeras de cambio, los muy capullos.
Tengo entendido que en series más modernas siguen manteniendo este tipo de recurso porque, no nos engañemos, si una cosa funciona no hay por qué cambiarlo, ¿verdad? Por ejemplo podemos encontrar más personajes de este estilo en Inuyasha, YuYu Hakusho, Naruto, One Piece, Fairy Tail, etc... pero no creo que
Fantasear con ser el malo tiene algo de excitante.
Y hasta aquí los malos-buenos que nos hicieron frikis.
¡Hasta la vista Frikis!
1 comentario:
Molaría mucho más que pasara al contrario. Un "caso Figo" en Oliver y Benji habría dado mucho juego...
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