Este verano he tenido que ir casi todos los putos días a la piscina, que es lo que tiene tener un niño en edad de dar por culo todo el día sin pausa y sin misericordia.
Durante el transcurso de esta pesadilla diaria, me han ocurrido una serie de cosas que quiero compartir con vosotros... para joderos también, básicamente.
Ese momento cuando te quitas la camiseta en la piscina y piensas: todos me están mirando, voy a intentar fingir algo de dignidad... y se te enganchan las gafas en la camiseta, se caen e intentas cogerlas al vuelo manoteando al aire compulsivamente.
Que venga el adolescente que hace de salvavidas en la piscina a llamarte la atención porque no se pueden llevar gafas de sol dentro de la piscina infantil y sentirte un auténtico "outsider".
Animar a tu hijo a que se suba en tu espalda para jugar en la piscina y cuando lo hace sentir sus pequeñas y afiladas uñitas clavarse en tu carne como pequeñas agujas hipoalergénicas y comenzar a soltar grititos como una niña.
Salir de la piscina por la tarde, con el agua calentita, y ponerte a tiritar de frío como si estuvieras en el polo norte mientras se te queman las plantas de los pies en el suelo de cemento de camino a la toalla.
Y hasta aquí mi patética vida.
Os quiero.
¡Hasta la vista Frikis!