Como estoy aburrido en el curro y no se me ocurre nada mejor que hacer...¿qué decís?, ¿Que me podría poner a trabajar?
Como decía, estoy en el curro aburrido y no se me ocurre nada mejor que hacer, así que voy a recurrir a uno de los temas clásicos del blog. Tras las revisiones de películas de serie B, creo que el recurso más abundante se encuentra en los juegos de PC.
Así que hoy os voy a hablar de uno de esos juegos clásicos que todo friki de bien debería conocer y haberse provocado, al menos, un buen par de dioptrías.
Esoy hablando del mítico M.U.D.S!
Toda una vida antes de descubrir el Blood Bowl, ya me había quemado las retinas jugando a un juego similiar. Uno de esos juegos que corrían de mano en mano grabados en varios disquettes, y que nadie sabe de donde había salido.
El MUDS era una suerte de brutal deporte que tenía lugar en un campo rectangular entre dos equipos de 5 jugadores cada uno. El objetivo era encestar el balón en un canasto situado en las líneas de fondo del campo, lo que en rugby sería la línea de anotación. El problema es que delante del canasto había un foso con agua.
Encestar el balón en el canasto podía hacerse de dos maneras. La fácil consistía en saltar hacia el canasto y meter el balón con la mano. Esto reportaba 1 tanto, pero el jugador caía al agua y debía nadar hasta volver al campo. Lo malo es que en el foso habitaban criaturas de las profundidades, las cuales aparecían por el lateral del foso y avanzaban hacia el infortunado jugador. Si no conseguías salir dle agua a tiempo, la criatura deboraba a tu jugador.
Existían diversos tipos de criaturas; tiburones, mantas, krakens... Y la velocidad a la que avanzaban por el agua iba aumentando a medida que avanzábamos en el juego y los partidos se hacían más difíciles.
Además, había que tener en cuenta que los jugadores contrarios, mezquinos y malvados, solían esperarnos al borde del foso para patearnos la jeta y evitar así que saliesemos del foso.
La manera difícil de anotar consistía en lanzar el balón desde el otro lado del foso y encestarlo en el canasto. Esto nos reportaba 2 puntos y evitaba que tuviesemos que nadar, pero encestar era bastante más complicado que anotar manualmente.
El campo, además, estaba sembrado de pequeñas trampas. Piedros, pasar sobre los cuales hacía que nuestro jugador se cayese al suelo. Zonas de barro en las que se quedaban pegados los jugadores, etc.
El partido transcurría en dos partes y el reglamento, excepto en la parte de anotar tantos, era bastante "abierto". Los jugadores podían hacer entradas brutales, patear jugadores en el suelo, enzarzarse en peleas como las del Hockey Americano, etc
No obstante, a veces el árbitro pitaba falta. ¿Cuando?, ¿Porqué?, ¿Cual era el criterio? Pues más o menos el mismo criterio que tienen los de la liga española cuando juega el Barcelona. ¿Quién puede saberlo?
Las peleas en plan Hockey eran graciosas. Dos jugadores quedaban trabados y tú debías pulsar "intro" como un demente. Cada pulsación era una ostia que soltaba tu jugador. Esto continuaba hasta que uno de los dos caía al suelo reventado. Creo que podías intentar destrabarte de alguna manera pero siempre que lo intentaba acababa en el suelo convertido en un amasijo sanguinolento.
El balón era una especie de pez globo con vida própia. Cuando caía al suelo se ponía a aletear y a moverse por el terreno de juego erráticamente, aunque creo recordar que tenía predilección por arrojarse al agua. Así que si estaba cerca del foso se podía preveer que intentaría llegar a él. En caso de arrojarse al agua, el balón se perdía y uno nuevo era lanzado aleatoriamente al interior del campo.
El juego nos ponía en la piel de un entrenador cuyo objetivo era ganar la Copa con su equipo. El equipo se trasladaba de un pueblo a otro, jugando contra el equipo local. En caso de vencer, pasaba al siguiente pueblo. Con cada partido nuestros jugadores ganaban experiencia, subían de nivel y sus habilidades iban aumentando.
Al llegar a un nuevo pueblo teníamos disponibles una serie de opciones a elegir:
Mercado de Esclavos: Probablemente el lugar más importante de cada pueblo. Nuestros jugadores, no lo había comentado, son esclavos. Así que en estos mercados es donde debíamos ir para fichar nuevos jugadores.
Conforme llegábamos a nuevos lugares, también teníamos acceso a nuevas razas de jugadores. De memoria recuerdo las siguientes razas (los nombres son los que les dábamos los colegas, soy incapaz de recordar los nombres originales del juego. De hecho, creo que nunca los llegué a conocer):
- Humanos: La raza más equilibrada. En los partidos finales del juego mi equipo estaba compuesto al 100% por jugadores humanos.
- Bulls: Una especie de gorilas sin pelo. Lentos y torpes, pero pegaban unas ostias como panes de hogaza. En los primeros partidos era interesante tener a un par de estos en la línea defensiva para triturar rivales.
- Canguros: Una especie de avestruces sin pelo con las piernas de The Rock. Sí, ya sé que es absurdo que a una criatura que parece un avestruz le llamásemos canguro, pero...
El caso es que los canguros eran rápidos, aunque físicamente no eran gran cosa. Era divertido verles trabados en pelea contra otro jugador, pues en lugar de dar puñetazos como los demás jugadores soltaban patadas en las íngles.
No solía usarlos demasiado, excepto a los que estaban en el equipo cuando empezaba el juego y casi siempre cuando los jugadores importantes estaban incapacitados.
- Plantas: Era una especie de planta enredadera que caminaba. Frágil y no demasiado rápida, pero tenía facilidad para coger el balón y encestar desde lejos. No los usé jamás.
Posada: Otra de las cosas importantes que debíamos hacer al llegar a un nuevo lugar era elegir en qué posada nos alojaríamos. A mayor calidad de la posada, mayor descanso tenían nuestros jugadores y más se recuperaban de las lesiones sufridas en partidos anteriores.
Irse de Copas: Podíamos darle algo de dinero a nuestros chicos para que se fuesen a tomar unas copas. Esto aumentaba su moral o su salud, no recuerdo exactamente. Aunque los ponía en peligro por culpa de los asesinos, de los que hablaré luego.
Sobornos al árbitro: Los árbitros, siempre volubles, podían ser sobornados para que expulsasen más facilmente a los contrarios. Aunque nunca acabé de ver un efecto importante durante los partidos...
Sobornos a la pelota: Como expliqué anteriormente, la pelota era una especie de pez globo con iniciativa propia. Era posible sobornarla para que al caer al suelo, aletease siempre en dirección a nuestros jugador más cercano. Tampoco le ví nunca demasiada utilidad.
Asesinatos: Era posible contratar los servicios de un asesino para eliminar a algún jugador del equipo rival. No obstante, también era posible que el equipo rival contratase a uno. No era algo 100% efectivo, pero dejar a nuestros chicos salir de fiesta aumentaba las posibilidades de que alguno acabase destripado en un callejón oscuro.
El torneo se componía de una serie de partidos que había que ir ganando. Perder uno suponía quedar eliminado y tener que comenzar de nuevo. Conforme íbamos ganando partidos, íbamos viajando de pueblo en pueblo hasta llegar a la gran final, ganarla y conseguir la Copa.
Pero ahí no acababa el juego.
Tras ganar la Copa y en medio de las celebraciones, aparecían unas criaturas del averno. Una especie de demonios alados que robaban nuestro trofeo y nos decían que si queríamos ser realmente los campeones debíamos ganarles a ellos en su propio campo.
Esos demonios malditos tenían su campo en el interior de una cueva infecta. Su terreno de juego estaba plagado de géiseres que lanzaban mortales chorros de ácido de forma aleatoria. Si un chorro tocaba a un jugador, lo enviaba a la morgue.
El foso, normalmente llego de agua en la que se podía nadar, estaba lleno de lava hirbiente. Cualquiera que cayese ahí moría de forma horrible e inmediata. En la única vez que conseguí acabar el juego, mi jugador estrella encontró una muerte heróica al marcar el tanto de la victoria arrojándose a la lava y metiendo el balón en el canasto con su último aliento.
Por si este ambiente no fuese lo suficientemente infernal, los demonios alados eran unos cabrones duros de cojones. Sus puños eran como bolas de hierro que trituraban a mis jugadores. Trabarse en una pelea con ellos era sinónimo de acabar con el jugador en la enfermería.
Pero al final triunfamos. Como digo, con el sacrificio de mi jugador más valioso. Pero mereció la pena, vencimos a los demonios y recuperamos la Copa de MUDS.