lunes, 28 de abril de 2014

WWE: El fin de una Era (Ahora sí)

Hace mucho tiempo (joder, ¿6 años ya?) hice un post titulado WWE: El fin de una Era. En el que hablaba sobre la conmoción que me provocó el hecho de que un mierda como Edge venciese en combate singular a un mito como es El Enterrador (Undertaker a partir de ahora, que ya somos mayorcitos) y lo obligase a retirarse.


Pues bien, frikis, ese post era una mierda. Alguien tenía que decirlo.

A estas alturas todos conocemos a Undertaker, el último nexo de unión entre la actual WWE y la época dorada de la WWF que todos conocimos en tele5 de la mano del increíblemente pésimo y sobrevalorado Héctor del Mar. Aunque claro, cuando uno escucha a los comentaristas mexicanos, retransmitiendo oficialmente para el mundo latino, se pregunta si lo de comentar como si tuvieses un retraso mental severo es una seña de identidad del mundo panchi.


También debo decir que con la edad me he vuelto (más) intransigente. Hace unos años me encantaban las retransmisiones en italiano que perpetraban los amigos Lucca Franchinni y Michele Posa. Pero recientemente he descubierto que hasta ellos me irritan con sus retransmisiones y sólo me siento cómodo escuchando la versión original.


Como decía, Undertaker es el único luchador que queda en activo de la época dorada de la WWF de los Hulk Hogan, Ultimate Warrior, André The Giant, etc. Aunque bien es cierto que el amigo Undertaker lleva al límite el concepto “en activo”.

Undertaker está mayor. Se nota en sus combates. Está lento, fofo, aunque según mi novia se conserva bastante bien para su edad, y a los 5 minutos de comenzar el combate está sudoroso y resollante. Tanto es así que en los últimos años está totalmente fuera de la continuidad de la WWE. Sólo aparece en las semanas previas al evento anual Wrestlemania, que como sabéis es el punto culmen del wrestling. Donde empieza y acaba la temporada. El 6 naciones al Rugby, la final de la Copa de Europa al fútbol o la escena de Julia Ann y Lisa Ann en Oil Overload 2 al porno.

Y sólo aparece en este evento porque es aquí donde el hombre se encuentra con el mito y nace la leyenda. Con la edición de este año de Wrestlemania, Undertaker llevará 22 años consecutivos participando en este evento. Y lleva 21 victorias consecutivas.

Una marca atroz, no sólo por mantenerse 22 años al máximo nivel, sino por esas 21 victorias “in a row” como dicen los anglosajones. Algo que es casi imposible de repetir hoy día.


Hablo a futuro para conseguir un efecto dramático porque Wrestlemania XXX, el 30 aniversario del evento, tuvo lugar el pasado 6 de Abril.

Ese día Undertaker se enfrentaba a una de las peores bestias que he visto en mi vida; Brock Lessnar. Un tío que da mal rollo sólo verle. Un animal que hace parecer pequeño incluso al propio John Cena. Pero no sólo da miedo físicamente, en el ring se nota que Lessnar sabe pelear. Tanto es así que a veces parece que esté jugando con niños, tal es la diferencia técnica entre él y otros luchadores.

Para que os hagáis una idea del nivel técnico, Brock Lessnar tuvo su momento de gloria en la WWE hace muchos años (yo llevo viendo WWE ininterrumpidamente casi 10 años y no lo conocía), luego se retiró para dedicarse a la MMA, UFC o alguna modalidad de estas de lucha en que todo vale, donde consiguió ser campeón.


Yo siempre me había preguntado cuando, cómo o sí alguna vez se cortaría la racha de victorias de Undertaker en Wrestlemania. Hace 2 años corrió el rumor de que se retiraría tras colocar la marca en 20-0, veinte victorias y cero derrotas en Wrestlemania. Cosa que consiguió al vencer a Triple H. Era una buena marca, un número redondo, que además ponía el colofón a 4 años increíbles donde Undertaker protagonizó los que son los 4 mejores combates de la historia de Wrestlemania.

Uno de esos momentos del deporte donde el “main event” de un año era sustancialmente mejor que el “main event” del año anterior.

Nos remontamos al año 2008, la marca estaba en 16-0 y en el evento principal de Wrestlemania Undertaker se enfrentaba a uno de mis luchadores favoritos, Shawn Michaels, apodado “Míster Wrestlemania”. Tras un combate épico, la marca se colocaba 17-0.


Avanzamos hasta el año siguiente donde las emociones serían aún más fuertes que en el año anterior. El combate se repetía, Shawn Michaels volvía a intentar romper la racha de invencibilidad. Pero esta vez poniendo en juego su propia carrera, pues en caso de perder se retiraría del wrestling.

El resultado, como podéis imaginar, colocaba el 18-0 en el marcador y enviaba a Shawn Michaels a la prejubilación. Momento emotivo, debo decir. Casi lloro en su despedida, joder. Porque sí, los hombres lloramos a veces. Me entristeció su retirada casi más que la muerte del enano Flint en “La Reina de la Oscuridad”.


Nuevamente avanzamos un año, ¿podría mejorarse lo que habíamos vivido los dos años anteriores? Pues sí podía. Undertaker ponía de nuevo en juego su imbatibilidad, esta vez contra Triple H. Siendo éste el mejor amigo de Shawn Michaels, podéis imaginar la carga dramática que tenía el combate.  Pero el resultado no iba a ser diferente al de los 18 años anteriores y el marcador final reflejó el 19-0.


Un año más tarde llegaba la icónica venteaba participación de Undertaker en Wrestlemania. ¿Sería verdad que se retiraría tras colocar el 20-0?, ¿se cortaría la racha antes de redondear las dos decenas? Esta vez el rival sería de nuevo Triple H en un brutal Hell in a Cell, nuevamente mejorando lo visto el año anterior. El resultado lo podéis imaginar, 20-0 para la saca.


Colocados en situación, volvemos al rumor que os comentaba anteriormente. Se decía que con el 20-0, número redondo y perfecto, Undertaker podría retirarse. Pero no lo hizo y aquí llegó para mí el punto de inflexión.

Como decía al principio, Undertaker, el pobre, no está ya para muchos trotes. Se le notan los años y sus combates son un poco lentos. Sólo tiene su racha de victorias perfectas. Esa racha es la que le permite estar por encima del bien y del mal. Le permite aparecer por la WWE apenas 4 semanas al año. Le permite luchar un único combate serio anual. La imbatibilidad le hace mítico, hace que los aficionados esperen su aparición anual con fervor casi religioso.

Mientras su racha de combates invicto durase, Undertaker podría seguir manteniendo este statu quo de semi-dios del wrestling. Podría seguir ganando un combate al año, agrandándola leyenda, sí, pero recorriendo un camino que en realidad no lleva a ninguna parte.

Así, tras los emocionantes cuatro años anteriores que os he explicado, llegaba el año pasado el combate número 21. Sentí cierta pena por dos motivos. Primero porque creía sinceramente que Undertaker debía haberse retirado con esa cifra mágica de 20-0. Y segundo porque, como decía tras cuatro años de emociones fuertes, la cosa sólo podía ir hacia abajo.

Y, efectivamente, fue hacia abajo en un combate funcionarial contra un CM Punk cuya temporada de gloria había pasado ya. El 21-0 estaba más claro que el agua y la cosa no tuvo mayor misterio.


Pero la rueda siguió girando y nos plantamos en el 30 aniversario de Wrestlemania. Undertaker contra Brock Lessnar. Un 22-0 que parecía iba a seguir aumentando la leyenda en una huida hacia adelante, hacia ninguna parte.


Pues no.

Brock Lessnar vencía, colocando el 21-1 en el marcador. Rompiendo la increíble racha del último titán, el último resto de la época dorada que quedaba entre nosotros.


Pero se rompía mucho más que una racha de victorias perfecta. Os he explicado dónde creo que radica la fuerza de Undertaker. Un luchador de otra época que no está para los avatares que exige la moderna WWE. Un luchador que sólo se mantiene semi-activo para luchar un combate al año, para agrandar año tras año su racha de victorias.

¿Ahora qué? La mística está rota. Ya no hay nada por lo que luchar. ¿Desaparecerá de la WWE hasta la próxima Wrestlemania como suele hacer desde hace más de un lustro?

Conociendo a esta gente, imagino que el año que viene tendremos re-match, en busca de venganza. Pero, sinceramente, me motiva muy poco. Volverá y ganará, colocará el 22-1. Sí, pero ¿y qué?. Ya no tiene mayor mérito. A Brock Lessnar le ha vencido John Cena, le ha vencido Big Show…


A lo que voy es que vencer a un determinado luchador puede tener más o menos mérito. Pero el verdadero mérito de Undertaker, lo que lo hacía único, era vencer sabiendo que llevas a tu espalda 21 victorias consecutivas. Eso es lo que le hacía inmortal.

Tras la derrota ha perdido su estatus de divinidad. Puede seguir luchando una vez al año, pero convertido en una caricatura de sí mismo. Así como es bastante penoso y lamentable cuando aparece alguna vieja gloria como Roddy Piper o Ric Flair y le pega un poco a algún pardillo, las apariciones de Undertaker van a pasar al rincón de los incunables. Una diversión que se mira con una sonrisa de añoranza y cariño.

Veremos cómo evolucionan los próximos episodios, pero ahora sí, creo que estamos ante el fin de una puta era.


Epílogo
Y por si no tuviésemos suficiente con la derrota de Undertaker, resulta que dos días después se nos muere the Ultimate Warrior, el pobre.


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