Me pongo un poco violento cuando juego al LoL. Y al Skyrim. Y al Carcassone. Y al Catan. Y al Rummikub. Y al Ticket to Ride. Y al Munchkin. Y al Dominion. Y al puto parchís si se tercia, joder.
También me vuelvo un poco loco cuando juego al solitario, y me pego en los testículos porque me hago trampas. El dolor, la culpa y el placer se mezclan de una extraña forma. Mi psiquiatra dice que debemos seguir trabajando en ello, pero yo creo que solo lo hace para seguir cobrándome un buen pico. Hijo de puta.
Ese retrato me lo hicieron durante una partida de LoL, yo no soy así, normalmente. El League of Legends despierta lo peor de cada uno.
Lo cierto es que soy un loser muy agradable, la gente quiere jugar conmigo porque pierdo con mucha clase y se sienten bien dándome para el pelo... pero ¡eh! me lo tomo bien... cuando domine el mundo me vengaré soltando monstruos gigantes sobre la población indefensa.
¡Hasta la vista frikis!
1 comentario:
Jajajaj, la verdad es que te hicieron bastante bien el retrato Juls
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