A esta obra la llamé:
LA TORRE EFÍMERA DEL HECHICERO
Duró 27 segundos en pie antes de que Juls Jr. decidiese que su altura y belleza sin igual podían eclipsar su control total sobre el mundo y tal afrenta debía de ser segada sin piedad de la faz de la tierra.
A esta construcción la titulé como:
RASCACIELOS EFÍMERO
La destrucción cayó sobre este hermoso edificio como si fuera el implacable puño de un Dios furioso, sin contemplaciones ni resentimientos. Destrucción total. Entropía. Lo peor es que mientras lo hacía, tarareaba una alegre canción...
Mis esfuerzos en esta obra tampoco fueron apreciados:
LANZA DE ORGULLO EFÍMERO
Esta vez ni siquiera le dedicó mucho tiempo a la destrucción, la tiró abajo con desdén. De una patada despreocupada. Esa desgana incluso dolió más.
A esta foto la he titulado:
TEMPLO EFÍMERO DE LOS MIL ARCOS
En esta ocasión, mientras destruía el templo con una mano, me miraba fijamente a mí, creo que para observar y analizar mi reacción de dolor y frustración al ver mi obra destruida como si no fuera nada para él. Está aprendiendo.
Está aprendiendo y me da miedo.
En esta ocasión, mis esfuerzos por crear algo incluso más ambicioso, al estilo de Rapture, pero en la superficie, no parece que hayan impresionado a mi hijo que sigue empeñado en su cruzada de destruir todo lo que construye su padre:
LA CIUDAD ETERNEFÍMERA
Como veis, incluso le construí un método de transporte a su alrededor, para mejorar la vida a los ciudadanos que residen en el extraradio de esta maravillosa ciudad imaginaria.
Y cinco segundos después de aparecer mi retoño...
Observad y temblad ante la destrucción que un simple chiquillo puede desatar sobre la tierra...
¡Hasta la vista Frikis!
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