SITUACION 1: Despertándose por la noche
Una de esas experiencias nocturnas que haría que Gandhi cogiese un machete y saliese a las noches de Nueva York buscando pelea con una banda de punkis post-apocalípticos que atormentan a las minorías del barrio por simple diversión y con violencia inusitada.
Situación:
El niño nos despierta por sexta vez, son las 3AM, y le da por pedir un vaso de leche.
Yo (padre):
Me levanto de la cama, voy a la cocina, pongo el vaso de leche, la meto en el microondas, espero, cojo el vaso, vuelvo al cuarto y le digo: "Cariño, la leche."
Respuesta:
"¡No! No quiero leche."
Flash demoníaco:
Le tiro el vaso de leche por la cabeza.
Fin:
Voy al comedor, dejo el vaso de leche en la mesa. Me meto en la cama. Lloro en silencio hasta quedarme dormido.
SITUACIÓN 2: Volviendo a casa
Las salidas para pasar el día fuera con niños son como auténticos paseos por Arallú, el infierno de los babilonios, lleno de momentos penosos, caídas, gritos, lloros, intoxicaciones, violencia, acoso, desdén, humillación y otras lindezas por el estilo.
Situación:
Hemos pasado un día agotador fuera de casa con el niño y decidimos que ya hemos tenido suficiente, así que metemos en el carrito al niño porque esta hecho polvo, pero al cabo de un rato él decide que no le sale de los huevos ir en el carrito y que quiere ir caminando.
Yo (padre):
Si el niño quiere ir caminando habrá que dejarle, no soy un padre autoritario sin sentido, no hay ninguna razón lógica que le impida al niño ir caminando, ¿verdad?
Pues le desato, lo saco del carrito y lo dejo en el suelo.
Respuesta:
"Cógeme. Cógeme. ¡Cógeme!"
Empieza a llorar, se tira al suelo, empieza a patalear...
Flash demoníaco:
Lo cojo del brazo y lo arrastro por la acera durante 20 metros.
Fin:
Lo cojo en brazos y lo llevo lo que haga falta, a pesar de estar destrozado. Me duele la espalda y los riñones. Esta noche voy a tomar pastillas para poder dormir.
SITUACIÓN 3: Huyendo de la autoridad
Juls Jr. no tiene clara la diferencia entre seriedad y juego. El peligro, y ya de paso, la autoridad de sus padres, no es algo que mi hijo tenga en cuenta a la hora de hacer lo que hace. O sea, que se la suda completamente.
Situación:
La familia friki esta caminando por la calle, tranquilamente, paseando, y el niño empieza a alejarse de los padres subrepticiamente mirándolos de reojo...
Yo (padre):
"No te alejes, Jr."
"Quédate cerca de los papas."
"Ven aquí, por favor."
"¡VEN AQUÍ!"
"¡¡¡QUE VENGAS!!!"
Respuesta:
De repente, sale corriendo en dirección contraria sin mirar y sin conciencia ninguna.
Flash demoníaco:
Le pongo unos grilletes en los pies y en el cuello y lo llevo atado con una cadena por la calle mientras lo fustigo con una fina caña de bambú.
Fin:
Salgo corriendo para coger al niño y que no se haga daño, ni lo atropelle un coche. Me tuerzo un tobillo en el proceso. Cuando lo cojo tengo que esperar para recuperar el aliento. Luego lo llevo en brazos para joderme un poquito más la espalda.
Y hasta aquí unas cuantas vivencias desquiciantes del día a día de un padre friki.
Otro día os cuento alguna más.
Otro día os cuento alguna más.
¡Hasta la vista Frikis!
2 comentarios:
Has visto unas correas con las que algunos papas llevan a sus retoños. Pues yo muchas veces se la enrollaria por el cuello al mio (es broma...me la enrollaria yo)
Jajajajajajaja
Veo que no soy el único.
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