Max Payne (juegos de pc que nos han hecho frikis)

Y aquí tenemos una nueva colaboración de nuestro admirado Lord Rilegard, esta vez nos aleccionará magistralmente con una nueva entrega de la saga Los juegos de pc que nos han hecho frikis (en anteriores episodios podemos encontrar el Civilization, el Panzer General o el Lakers VS Celtics). Su elección es un acierto seguro: Max payne.

Aprovechando la coyuntura actual, hoy toca revisión de uno de los juegos que todos deberían tener: MAX PAYNE. No sé porque ahora precisamente han sacado la película,

es decir, la segunda parte apareció hace unos años y hasta el año que viene no creo que vea la luz la tercera parte.


Una de las imágenes características de Max repartiendo a diestro y siniestro

La primera vez que oí hablar de Max Payne fue en la cafetería de la facultad, gracias a un compañero (hola Gus) de clase. Hablaba maravillas: ...que si entrabas en una casa y estabas viendo una telenovela que ponían en la tele... ...al momento estabas pegando tiros a cámara lenta (lo que actualmente se conoce como bullet time) y esquivando balas de un lado a otro... ...total que me tenía que hacer con él.


Al igual que en las pelis americanas, los coches explotan tras unos balazos

A primera vista parecía que el argumento estaba demasiado trillado: la típica historia del policía (poner aquí cualquier otro trabajo) al que asesinan a su familia y tiene que tomarse la justicia por su mano. Pero no era tan simple: drogadictos, corporaciones, las mafias y sociedades secretas se unían para entrelazar un guión sencillamente impresionante.


Max contra la tríada

Hay secuencias para la historia, como ver a Max Payne sin armas y con un bate de baseball repartiendo bastos por todo el que se cruza por delante, o la huida del restaurante de Gogniti mientras era pasto de las llamas, los sueños, el enfrentamiento en el ragnarok, la tríada o el helicóptero. Los interludios se amenizaban con viñetas de comic para dar la sensación de que estabas en la piel de un personaje de novela gráfica.

Dado el éxito de la primera parte, Remedy sacó unos años más tarde la segunda parte con mejores gráficos, guión a la altura, y lo más importante: jugabilidad mejorada.
Mientras en la primera parte ibas saltando de rincón a rincón dosificando el tiempo bala en cada escaramuza, ahora podías lanzarte a la acción y seguir acribillando a todo ser viviente para seguir aumentando el tiempo bala. Cuanta más gente sucumbía ante tí más lentos se volvían todos (o más rápido te movías tú).


Max cayendo desde un andamio, esa noche todavía recibirá más palos

En la segunda parte vemos a un Max algo más entrado en años (sigue tomándose sus analgésicos aunque se le ve caminar con más dificultad), adquiere más relevancia la guerra entre bandas (Vladimir y Gogniti siguen sin poderse ver), reaparece Mona Sax a tiempo para ser incriminada en una serie de asesinatos y arrastrar a Payne detrás; entran en escena los limpiadores y el círculo interior sigue en su línea.


Mona, siempre dispuesta a echar un cable a Max en los peores momentos

A cambio de no tener tantas localizaciones como la primera parte (aquí tan solo estamos en el hospital la comisaría de policía, edificio de Max, casa de Mona, apartamentos, una obra y la mansión) en ocasiones controlamos a Mona o en ocasiones contamos con la ayuda de otros personajes (atención a la pareja del viejo poli retirado y la puta). En fin, que se hace más corto si cabe que la primera parte (ya se sabe que las mejores fragancias vienen en frascos pequeños).


Aquí tenemos a nuestro héroe en estado puro

En cuanto a la peli... sinceramente creo que es correcta pero con la cantidad de subtramas del juego siempre me quedará la espina de lo que pudiera haber sido y no fué. Se dice que el DVD incorporará una versión extendida aunque no sé hasta que punto esto lo puede subsanar.

En fin que Max Payne está en mi Hall of Fame personal junto con otras joyas como Civilization, Medal of Honor, Baldur's Gate 2 o Vampire the masquerade. No desaprovecheis la oportunidad de poneros al día antes de que salga la tercera parte.

Y hasta aquí la sabiduría de Lord Rilegard. Otro día más.