sábado, 13 de agosto de 2011

Tramas viles de ayer y de hoy presentan... 'Las despedidas de soltero'

Para este post he decidido tomar prestado el título que tenía algun artículo de la antigua revista de la facultad, porque me parecía bastante divertido. Si la cosa sale bien (y no me demanda el autor), saldrán más vilezas en el futuro.

No suelo acudir a muchas bodas, por lo general unas 2 al año. Eso sí, rara es la boda a la que me invitan en la que no esté en su correspondiente despedida. A lo largo de los años, he aprendido a valorar una despedida, no por la cantidad de dinero que me gasto, sino por la cantidad de dinero que se gasta el novio en relación al resto de participantes.

Así, por ejemplo, una despedida en la que llego a gastarme más de 50 €, si el novio o la pareja pagan la mitad (o más) de la fiesta, pues me resulta aceptable (por no decir barato). Y si encima el conjunto de actividades organizadas está a la altura, pues mejor. El concepto de invitar a costa del bolsillo de otros nunca me ha parecido demasiado acertado (por lo fácil que es de copiar).


No es una peli de "despedidas", pero el cartel mola mucho.


Por encima de todo no me gusta tener la impresión de ir quemando el dinero, cosa que puede parecer harto difícil. No lo digo especialmente por la época que estamos pasando, aunque tampoco vendría mal tomar nota.

Igual puedo parecer algo tacaño, pero yo, por lo menos no deduzco del regalo de la boda el gasto realizado en la despedida, como alguna gente hace.

Piensas un poco en ello:
¿Ves lógico pagarle TODA la fiesta al protagonista?
¿Ves más lógico despilfarrar el dinero en...
  • ...¿petardos?

  • ...¿copas en el pub/discoteca en vez de hacer un botellón?

  • ...¿regalos inútiles?

NOTA: y si encima, en vez de que paguen los novios, lo hacen sus padres:

¡ESO ES MÁS TRAMPA TODAVÍA!


También me hace gracia esa persona que está metida en la organización que empieza a proponer actividades como si le fuera la vida en ello:
- Y por la tarde podríamos montar una carpa en la playa, con discomóvil, por supuesto,
- Estar toda la noche hasta las tantas y al día siguiente almuerzo.
Y claro... como al final el gasto se reparte entre todos, ve sumando, que salimos a nada...!

Un dineral


Ahora que la práctica de cortar la corbata y el liguero para subvencionar directamente a la pareja parecía casi extinguida, resulta que no, que algunos listos la han trasladado a la despedida. En otro formato, eso sí, para no parecer sospechoso; pero en el fondo es para recaudar más dinero:
- Perdona, pero es que hemos hecho unas pon_aquí_lo_que_se_te_ocurra conmemorativas para ayudar a los novios a pagar el viaje. Puedes dar la voluntad...

¡TENDRÁN CARA!

Ya no te digo más cuando en otra despedida en la que alquilamos una casa rural para un fin de semana y al final algún gracioso decidió que los novios no pagaran nada (sin acuerdo previo entre todos los integrantes) porque durante todo el fin de semana la pareja había estaban contando lo cara que les estaba saliendo la futura casa. Y claro, en estas situaciones casi mejor no decir nada, porque puedes pasar por poco solidario, por decir algo fino.

La idea aparentemente tan extendida sobre hacérselo pasar mal a los novios no la he entendido nunca, porque se supone que a este evento asisten los mejores amigos.

En ocasiones no es el novio quien lo pasa mal, sino el resto de la pandilla. Suelo recordar con ¿humor? la vez que en medio de un striptease uno se puso malo de tanto beber y alguna gente le sostenía para que echase los restos mientras la bailarina seguía a lo suyo. Creo que el novio no se enteró de nada.

O cuando el organizador no gestiona bien las cuentas y tras un primer pago dice:
-Oye que faltan X euros. Sacamos un poco entre todos y pagamos lo que queda.
...
-Oye, que siguen faltando X-Y euros (y la mitad del grupo ya se ha escaqueado).

Para finalizar el relato nada mejor que en el viaje de vuelta a casa alguien te pregunte:
-bueno, ¿y cuánto dinero les regalamos?

2 comentarios:

Trepamuros dijo...

Afortunadamente sólo he asitido a dos bodas. A la precipitada y "cada uno se paga lo suyo" de mi hermano con una argentina para que pudiera sacar papeles y quedarse, no estar yendo y viniendo para verse (que soprendentemente sigue con él, a pesar de que no es precisamente un tío de dinero. Eso sí, ha estropeado la relación de la familia a base de bien), y la de unos conocidos. En ambos caso no hubo despedida propiamente dicha. En la de mi hermano no hubo y en la de los conocidos la hicieron juntos. Botellón en los coches y poco más. Así que no conozco a nadie que haga las típicas despedidas esas que tanto les gusta a los americanos, con streaptease y demás parafernalia.

Lord Rilegard dijo...

Yo, cuando escucho a gente que tiene unas 7 u 8 por año me pongo a temblar...

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