lunes, 14 de enero de 2008

Síndrome de Peter Pan (conversaciones frikis)



¿Qué pasa cuando dos maestros frikis estan ociosos y poseen un canal directo de comunicación?

Pues que se establece una conversación más interesante que el mismísimo debate de la nación, con más verdades que un congreso de Naciones Unidas, más realista que un discurso de Fidel Castro, más excitante que una visita al despacho oval de Clinton... en fin, un auténtico hito en el intercambio de información que puede darse entre dos seres humanos.




Capitán Friki:

Algún día tengo que sacar a mis masters del universo de sus criptas de cartón y organizar una nueva batalla titánica por conseguir el castillo de Greyskull, con el destino del Universo en juego, por supuesto.

Friki Man:

Mis batallas eran todavía más épicas. Los Clips de Playmobil luchaban por el universo conocido contra los gigantes de las montañas (representados por los HeMans), en batallas heróicas que hacían temblar los propios cimientos de la realidad.

Tenía una espada de algún He-Man olvidado, que media como 3 Clips, pero que encajaba perfectamente en la mano de uno de esos pequeñajos. Era la Espada del Destino cuya posesion garantizaba la victoria en cualquier batalla y ante cualquier enemigo...

Que tiempos. Cuando jugabamos con la imaginacion y no con una puta consola que te vuelve gilipollas.

Capitán Friki:

Me ofende que pienses que mis batallas eran poco épicas. Te he resumido la historia a un nivel prácticamente indivisible.

Durante los combates entre los masters del universo, se llevaban a cabo secuestros, torturas, vejaciones, ataques a traición, todo eso por parte de los malos, claro, y por parte de los buenos, resistencias heroicas, muestras de piedad, lealtad, honor y sobre todo, un alto sentido de justicia universal.

Aunque debido al reducido número de masters que tenía, eran historias con un reparto de personajes algo reducido. Así que a menudo a algún guerrero le era devuelto el don de la vida, para volver a perderlo minutos después. Eso le daba un cariz dramático increíble. A destacar las últimas palabras que le decía, casi siempre a Heman que había luchado a su lado hasta el último instante, siendo consciente de que iba a morir. Todavía se me caen las lágrimas al pensar en aquellas escenas...

También me gustaban los combates masivos, pero para ello utilizaba otros muñecos. Los clips de playmobil eran acorralados en un fuerte semi-derruido por un enemigo muy superior: la alianza de los "figura de plástico". El clan del oeste, formado por vaqueros e indios de colores chillones se unía al clan de los personajes de televisión, formado por algunos pitufos, gnomos, anticuerpos de "Erase una vez la vida" y muchos otros de diferente calaña.

El asedio duraba meses y era increíble contemplar el valor de los clips que, tras unas improvisadas barricadas resistían día tras día sin apenas comida y munición los asaltos de enfurecidas hordas enemigas sedientas de sangre. Tampoco es que tuviese muchos muñecos de esos, así que los caídos en combate eran reciclados como refuerzos que llegaban entre vítores de alegría. Lo que más tarde resultaba ser una vana esperanza... ¡Dios que buenas historias!
Cada ataque era una batalla épica por la supervivencia de los clips, amenazados con la extinción de su raza, y aderezado con docenas de sub-historias individuales, todas ellas heroicas, donde se despreciaba la propia integridad física en pos de un bien mayor.

Después de ver a John Wayne en el Álamo cada vez que jugaba la historia siempre acababa igual: los clips morían todos peleando hasta el final. ¡Y qué final!




Friki Man:

No he dicho que no fuesen épicas, solo digo que las mías lo eran más.

Cuando los audaces Clips, embarcados a bordo del Barco Pirata, surcaban los mil mares del destino en busca de gloria y aventuras. Aunque lo único que encontraban solían ser matanzas y seres del abismo.

Tenía un dinosaurio rosa (¿?) y un tiburón azul en cuya boca prácticamente cabía un clip entero. Joder, las luchas de los clips, armados con un pequeño machete, hacían prestar atención a los mismos dioses. Nada tenían que envidiar a los famosos 'Animatronics' de las pelis de griegos. La invención de la pólvora fue un gran avance. Primero con los mosquetes y los cañones del barco pirata, y luego con los winchesters del oeste. Innumerables fortalezas temblaron ante los envites de aquellos piratas.

Lo que veo en tus historias es que hay mucho 'músculo'. Y no cuentas los más que probables episodios homosexuales que se producían. En cambio a mí, cuando llego la princesa de He-Man ¿Sheela? (no recuerdo el nombre, imperdonable), supuso una autentica revolución sexual. Con sus escotes y sus ropajes ajustados.
La pobrecilla sufría continuos secuestros, vejaciones y demás varapalos. Eso sí, nunca faltaba el grupo de héroes que se lanzaban en su busca para rescatarla y darle una lección a los viles secuestradores.

También tenía una Clip, con vestido de granjera, la cual perdía todas sus posesiones a manos de maleantes en cada sesión de juego.

¡¡Oh!! lo olvidaba. Cuando me fabriqué con cartulinas la plana mayor de los Transformers. Cambiaban de forma y todo. Había aviones y coches, incluso algun tanque... El Guantalete del Infinito es una puta mariconada comparada con las historias homéricas de las que fui testigo....

Capitán Friki:

No te cuento ningún “episodio homosexual” simplemente porque ¡¡no había, puto enfermo degenerado!! Lo que tú no concibes es que yo era un crío normal con suficiente autoestima, y sobre todo, sin ningún trauma psicológico que no se me curase al ver un buen episodio de Oliver y Benji.

Puede que tuviese una imaginación desbordante y, en consecuencia, mis relaciones sociales no fuesen todo lo satisfactorias que cualquier niño quisiera, ya sabes, que al elegir los equipos de fútbol te escogiesen el primero, que todo el mundo quisiera estar contigo... en definitiva, ser el puto líder de la clase, pero no por ello tenía que ser un pervertido sexual precoz, lo que seguro que es tu caso ¿verdad?

Resumiendo y para que te entre en tu pervertida cabeza, yo era un niño normal con tendencias imaginativas exageradas, pero no desviadas ¿entiendes?

Cuando comencé a desarrollar mi afición al sexo opuesto(un poco tardía, no lo niego) yo ya NO jugaba con los Masters del Universo y demás compañeros de batallas, no como tú, que tienes 26 años y todavía te los llevas al trabajo para dejarlos encima del ordenador.

Ahora que lo medito, no jugaba entonces porque ya no me gustasen, es que había tocado techo en el mundo de la creatividad infantil y que conste que lo digo sin ningún atisbo de soberbia, es que fue así.

Friki Man:

Probablemente tocases techo por lo limitado de tu horizonte imaginativo. Yo todavía hubiese sido capaz de seguir jugando durante eones, pero entonces llegó el día que maldeciré toda mi vida. Cuando me regalaron el Spectrum 128K. Entonces se acabó mi imaginación y pasé a formar parte de la primera generación de obtusos mentales que se pasan horas delante del ordenata.

Solo que entonces los juegos eran lo suficientemente buenos como para dedicarles ese tiempo, no como ahora que los juegos son poco más que copypastes unos de otros con títulos diferentes. Y ahí tenemos a los críos, medio gilipollas delante de la consola todo el puto día.

A mí me entran ganas de llorar cuando atravieso el parque que hay debajo de mi casa y lo veo desierto, a las horas en las que antaño estaba lleno de críos. Los columpios oxidados y, donde se apoyaban los pies en la arena para frenar hay matojos de hierba, señal inequívoca de que no se usan desde hace años...

En cuanto a tu vida social, pues que quieres que te diga. No era problema de tu imaginación. El problema radicaba en que eras un puto gordo, feo, con gafas y medio subnormal. Al que era mucho más satisfactorio moler a palos que invitarle a jugar ningún partido de fútbol.

Capitán Friki:

… Ahí me has calao…



Nosotros los frikis, añoramos la capacidad de asombro que teníamos cuando éramos críos porque sabemos valorar aquella época de fantasía y creatividad como se merece ¿eso es tener síndrome de Peter Pan? naaaaaa, ni de coña...

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo tuve la suerte/desgracia de tener una hermana mayor. Le robaba la barbie, que servia de rehen de skeletor perfectamente. Como no, Heman siempre conseguia rescatarla y se la llevaba de vuelta al castillo de GreySkull.

Con los playmobil, mezclaba los indios y vaqueros con los animales del zoo. Que los cowboys fueran atacados por leones, jirafas y zebras era algo super logico para mi en aquellos tiempos...

manelios dijo...

¿y que hacían los cowboys cuando dormían juntos en la tienda de campaña, solos en la montaña?

Anónimo dijo...

Parafraseando al gran Julian:

"... no por ello tenía que ser un pervertido sexual precoz, lo que seguro que es tu caso ¿verdad?"

Juls dijo...

Pues claro que sí, tonino, cualquier cosa era una posible amenaza para He-man, recuerdo una vez que le atacó ¡la cortina de mi cuarto! Un combate mítico, por otro lado. Acabó con la cortina destrozada y yo con una hostia por parte de mi madre.

"Que los cowboys fueran atacados por leones, jirafas y zebras... "

¡Pero si estas explicando el guión de la película ATARI, del gran Duque!

Manelio es el típico que de niño fué el primero de la clase en cascársela y explicárselo a todos al día siguiente ¿verdad que sí, manelio?

Unknown dijo...

De pequeño me gustaban las batallas napoleónicas, casacas rojas contra casacas azules, sin trincheras ni ostias.

Colocaba los playmobil formando tres o cuatro filas, según el número de efectivos, con la caballería flanqueando el grueso de la infantería.

Los dos ejércitos enfrentados, como en una batalla decisiva de la Guerra de Independencia americana o los nobles y bravos tercios españoles en algún campo de Europa.

Y con mi hermano, y un único proyectil (tipícamente un tapón de corcho), y por turnos, intentabamos apuntar cuidadosamente para derribar el mayor número de enemigos.

La batalla finalizaba a la media hora con el último playmobil caído, y el ejército vencedor notablemente mermado pero con la satisfacción de que el combate había sido del agrado de los dioses, por el valor de los soldados que no se amilanaban ante la inminente caída del corcho asesino.

Un sentido homenaje a todos ellos caídos, que reposan en una tumba común: los clicks los guardabamos en una caja de detergente.

Juls dijo...

Las generaciones de ahora a lo mejor no lo saben, pero antes guardábamos nuestros juguetes en cajas de detergentes... ¡y además eran redondas!

Y hablando de juguetes clásicos, estoy a punto de pujar por todos estos Montaplex:
http://search.ebay.es/_W0QQfrtsZ0QQsassZjngberet

Werewolfie dijo...

Yo tenía muñequitos -y los tengo, no vayan a pensar- de la Guerra de las Galaxias. El caso es que, en realidad, lo que me molaban eran los superhéroes, así que les hacía adoptar roles de tales: C3PO era, obviamente, Iron Man, Chewbacca -cómo no- la Bestia, Hammerhead... pues Hammerhead, el de Spiderman, o bien el Hombre de Arena... y así todos los demás. También tenía Barriguitas, que alguna vez hicieron su papel, no se crean. De Hulk o algo. Imaginación al poder, amiguitos.

Sol dijo...

Yo jugaba con un pequeño pony rosa con un tatu en el culo que vivia en una comuna de barriguitas sin complejos hippies
de todas las etnias. Habia hasta uno calvo, creo que porque era bebé aunque era igual de grande que el resto. Igual era budista.
Todo era 'peace, love and harmony'. Eran felices cantando y bailando y se enamoraban entre ellos
(eso sí, nada de sexo!!). Todo era ideal en este mundo y las guerras quedaban muy muy lejos de allí...
en la habitación de mi hermano.

Anónimo dijo...

Por fin alguien con algo de sensibilidad. Cursi pero sensible.

Sol dijo...

Por cierto, ¡¡que bien olían los juguetes cuando los sacabas de la caja del detergente!! ¿eh? ;)

Anónimo dijo...

Que sepas que publicar correos privados sin mi permiso explícito (aunque tengas el implícito) te costará una visita de mis abogados.

Ya sabes, esos tipos vestidos de cuero negro, con máscaras y armados con los últimos modelos del "Anal Intruder".

Nadie a nombrado a los GiJoe's, muñecos altamente artículados que me permitían representar con un realismo asombroso los brutales combates de "Muscleman". Las luchas más épicas se daban cuando, en medio de un combate, intervenía al más puro estilo WWF algún enorme He-man y se ponía a repartir candela.

Kike dijo...

Que grandes y geniales son los Masters... y los clics, y los soldaditos... ¡¡Y las bolsas de dinosaurios de 200 pesetas!!
Que tiempos.

Que gran verdad eso de que los muñecos se guardaban en cajas de detergente redondas.

Además, el "juegar" solía consistir en grandes batallas formadas por "buenos y malos" cuya asignación era bastante arbitraria. Al contrario de las series que nos gustaban, en dichas batallas sí solía morir mucha gente.

¡¡POR EL PODER DE GREYSKULL!!

Poderfriki.com

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