Nadie dice que sea una tarea fácil, pero es necesaria.
¿Qué hacer cuando debes elegir entre dos cosas que te gustan mucho? Pero mucho, mucho.
Cuando las ideas bullen en tu cabeza, pero no hay forma de llegar a una conclusión.
Cuando no parece haber una elección clara, ni siquiera una correcta.
La reflexión resulta inútil, no te ayuda en absoluto pues sólo te sume más y más en una confusión negra y profunda.
¿Debemos acudir a otro para que tome la decisión por nosotros? ¿A algún afamado líder espiritual friki que vele por nuestra pureza?
Y cuando eso tampoco parece una alternativa viable... es que estamos bien jodidos, amigo.

Contemplar la estilizada figura de Zapp Branigan enfundada en su uniforme de terciopelo... o tener algo ñaca-ñaca.
Deleitarse escuchando la abrumadora filosofía existencial de Fry... o darle al triqui-triqui.