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domingo, 1 de mayo de 2016

Situaciones paternas desquiciantes

Voy a hablar de Juls Jr. y de esas experiencias maravillosas que me han enriquecido como persona y como psicópata, esos momentos en los que no sabes si llorar, tirarte por el balcón, o estrangularlo cual Homer Simpson furioso con Bart.





SITUACION 1: Despertándose por la noche

Una de esas experiencias nocturnas que haría que Gandhi cogiese un machete y saliese a las noches de Nueva York buscando pelea con una banda de punkis post-apocalípticos que atormentan a las minorías del barrio por simple diversión y con violencia inusitada.

Situación:
El niño nos despierta por sexta vez, son las 3AM, y le da por pedir un vaso de leche.

Yo (padre):
Me levanto de la cama, voy a la cocina, pongo el vaso de leche, la meto en el microondas, espero, cojo el vaso, vuelvo al cuarto y le digo: "Cariño, la leche."

Respuesta:
"¡No! No quiero leche."

Flash demoníaco:
Le tiro el vaso de leche por la cabeza.

Fin:
Voy al comedor, dejo el vaso de leche en la mesa. Me meto en la cama. Lloro en silencio hasta quedarme dormido.





SITUACIÓN 2: Volviendo a casa

Las salidas para pasar el día fuera con niños son como auténticos paseos por Arallú, el infierno de los babilonios, lleno de momentos penosos, caídas, gritos, lloros, intoxicaciones, violencia, acoso, desdén, humillación y otras lindezas por el estilo.

Situación:
Hemos pasado un día agotador fuera de casa con el niño y decidimos que ya hemos tenido suficiente, así que metemos en el carrito al niño porque esta hecho polvo, pero al cabo de un rato él decide que no le sale de los huevos ir en el carrito y que quiere ir caminando.

Yo (padre):
Si el niño quiere ir caminando habrá que dejarle, no soy un padre autoritario sin sentido, no hay ninguna razón lógica que le impida al niño ir caminando, ¿verdad?
Pues le desato, lo saco del carrito y lo dejo en el suelo.

Respuesta:
"Cógeme. Cógeme. ¡Cógeme!"
Empieza a llorar, se tira al suelo, empieza a patalear...

Flash demoníaco:
Lo cojo del brazo y lo arrastro por la acera durante 20 metros.

Fin:
Lo cojo en brazos y lo llevo lo que haga falta, a pesar de estar destrozado. Me duele la espalda y los riñones. Esta noche voy a tomar pastillas para poder dormir.







SITUACIÓN 3: Huyendo de la autoridad

Juls Jr. no tiene clara la diferencia entre seriedad y juego. El peligro, y ya de paso, la autoridad de sus padres, no es algo que mi hijo tenga en cuenta a la hora de hacer lo que hace. O sea, que se la suda completamente.

Situación:
La familia friki esta caminando por la calle, tranquilamente, paseando, y el niño empieza a alejarse de los padres subrepticiamente mirándolos de reojo...

Yo (padre):
"No te alejes, Jr."
"Quédate cerca de los papas."
"Ven aquí, por favor."
"¡VEN AQUÍ!"
"¡¡¡QUE VENGAS!!!"

Respuesta:
De repente, sale corriendo en dirección contraria sin mirar y sin conciencia ninguna.

Flash demoníaco:
Le pongo unos grilletes en los pies y en el cuello y lo llevo atado con una cadena por la calle mientras lo fustigo con una fina caña de bambú.

Fin:
Salgo corriendo para coger al niño y que no se haga daño, ni lo atropelle un coche. Me tuerzo un tobillo en el proceso. Cuando lo cojo tengo que esperar para recuperar el aliento. Luego lo llevo en brazos para joderme un poquito más la espalda.




Y hasta aquí unas cuantas vivencias desquiciantes del día a día de un padre friki.

Otro día os cuento alguna más.


¡Hasta la vista Frikis!



sábado, 21 de abril de 2012

Un Apagón visto por un Friki y una Muggle

El otro día se nos fué la luz en casa, lo que viene a ser un puto APAGON en el primer mundo y durante el siglo XXI... que es lo que tiene ser pobre y vivir en un barrio obrero.



El ser humano es un animal de costumbres y ante una situación inesperada le asaltan extrañas ideas y preguntas existenciales:

Muggle: Joder, ¿y qué hacemos sin tele?

Friki: Mierda, ¿cuándo empezarán los saqueos?

Sí, ella se preocupaba por no poder ver el capítulo de El Mentalista y yo ya estaba pensando en que la luz no iba a volver jamás, que la civilización se colapsaría y el caos y la barbarie bañaría las calles de sangre.

Uno de los dos está equivocado, y provablemente sufra una enfermedad psicológica grave, pero no tengo ni idea de quien...

Me asomo a la ventana para observar qué esta pasando en la calle y en los pisos de enfrente, parece que de momento reina la calma pero yo sé que esa situación no durará para siempre.

Muggle: Parece que la calle entera esta sin luz.

Friki: Sí, aunque hay movimiento de linternas ahí, allí y allá, información que memorizo por si nos es útil en el futuro...

No esta de más saber dónde se esconde la gente en los alrededores, nunca se sabe cuándo vas a necesitar un cebo para poder darte a la fuga con un mínimo de seguridad.



- ¿Sabes si tenemos velas?

- Sí, ¿tenemos armas de fuego?

La muggle me mira raro y me grita que me deje de gilipolleces y saque las velas, así que mientras rebusco en los cajones hago un inventario mental de las cosas útiles que encuentro por allí. De repente me viene a la cabeza que ya estamos en el 2012, el año del fin del mundo, así que se lo comento a mi señora:

- Oye, ¿sabes que en este año 2012 se acaba el mundo?

- ¿Pero en qué mes...?

Sí señor, my wife es una persona práctica, a ella le interesan los datos precisos, como a mí: el mundo se acaba y me tengo que preparar.

- Voy a terminar de hacer la cena...

- Yo voy a diseñar una estrategia de defensa para convertir esta casa ¡¡¡en un bunker!!!

Efectivamente, en el caso de que bandas de saqueadores (o zombis) intentasen entrar por la fuerza para matar a mi señora y violarme a mí, tenía que convertir el piso en un castillo inexpugnable, así que hice una lista mental con las entradas y como bloquearlas:

a) La puerta de la entrada con el armario del recibidor.
b) Las ventanas de las habitaciones con la cama y el armario.
c) El balcón y ventana del comedor con las estanterías, el sofá y el escritorio.
d) El lavadero que da al patio con la nevera y la lavadora


Después de planificar un segundo anillo de seguridad donde replegarme en caso de que consiguieran romper mis inexpugnables defensas exteriores(?), improvisé en mi cabeza unas cuantas armas con restos de una mesa de IKEA, cuchillos de mi cubertería y cuerdas... una auténtica arma digna de la prehistoria, nada menos.



Todo pensado y revisado en mi cabeza, sólo quedaba esperar a que se desatara el caos, así que me senté en el sofá y me dispuse a terminar el clásico El diccionario del Diablo, de Ambrose Bierce, para disfrutar del poco tiempo que le quedaba a nuestra decadente civilización occidental.

En ese momento se me ocurrió una idea, así que le dije a mi partener:

- ¿Hay algo más romántico que leer un buen libro clásico a la luz de las velas?

- ¿Follar a la luz de las velas?

Efectivamente, después de oír esto me dí cuenta de que era posible que tuviese alguna lesión cerebral grave.

Al final, al cabo de un tiempo y después de un par de partidas al RUMMY, la luz volvió y nuestra civilización esta a salvo por el momento... pero todos sabemos que es cuestión de tiempo ¿verdad?

¡Hasta la vista frikis!

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