Bueno no os vamos a mentir, lo que realmente nos hacía ilusión eran los regalos de bienvenida que te dan como participante. Este año la mochila venía cargada con las típicas camisetas publicitarias, un gorro con auriculares, mini-bolso de verano, vales promocionales y un cojín hinchable de viaje (no sé si me olvido de algo). Aprovechamos la ocasión para pedir a Google que vuelva a regalar esas tiendas de campaña molonas.
De los diversos vales promocionales uno de ellos era para canjear por una maquinilla de afeitar. Resulta que fuera del recinto había un camión donde podías conseguir dicha maquinilla entregando el vale o en el caso de que no lo tuvieras, simplemente por entrar a afeitarte te la regalaban (vamos que era una promoción para todo el mundo, aunque si eras campusero tenías posibilidades de llevarte más de una). Lo que me resulta gracioso es que veías a los turistas con la cara inmaculada haciendo cola para rasurarse la barba (que no tenían) y llevarse de paso la susodicha maquinilla. Bueno, igual no es tan gracioso cuando vas al super y miras el precio del artilugio.
Un compañero que entró a reclamar el ansiado trofeo, escondió su vale y procedió a realizar toda la ceremonia del afeitado con una azafata explicándole cómo debía aplicarse las cremas de tratamiento facial y demás. Me contó que cuando estaba a punto de terminar, la azafata cogió la cuchilla (de un sólo uso para el fabricante pero de múltiples aplicaciones para el resto de los mortales) y la echó a la papelera. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡Noooooooooooooooooooo!!!!!!!!! Con el dinero que vale no se pueden desperdiciar tales recursos.
Alguna mujer se acercó a la cola y preguntó si sólo permitían el acceso a los hombres (supongo que estaría interesada en las propiedades depilatorias) pero no tuvo éxito en el intento.
El otro vale interesante y que ha dado pie a este post se trata de una tarjeta por valor de 5 euros en una conocida casa de apuestas on-line. Como lo tenía por ahí abandonado, he decidido darle un buen uso, así que esta mañana lo primero que he hecho tras conectarme a Internet ha sido... darme de alta en la casa de apuestas. Tras lo cual he tecleado el código que venía inscrito allí y cual ha sido mi sorpresa cuando he visto el típico mensaje: 'el código ya ha sido utilizado'.
Por fortuna me he dado cuenta de que el dinero sí que había sido dado de alta en mi cuenta lo que pasa es que no había un mensaje de confirmación de que la operación se había realizado con éxito, con lo que casi me he vuelto loco.
Desde frikis inside llevaremos a cabo el siguiente experimento: vamos a ver cuánto nos duran 5 € en las apuestas. Obviamente intentando jugar a caballo ganador. No están los tiempos para apuestas arriesgadas. Igual cuando leas este artículo ya nos los hemos pulido, espero que no. Deseadnos buena suerte.
Por cierto, hemos apostado a que esta noche ganaba el Barça; comprendemos que el Athletic tiene un compromiso más importante la semana que viene. Suerte para ellos.
3 comentarios:
Bueno, casi que la maquinilla viene a se lo más barato, son las hojillas lo que luego te cuesta un ojo de la cara. A mí me resulta un invento inútil globalmente hablando. Es útil porque te permite afeitarte de manera más apurada pero inútil al final porque sus precios prohibitivos te hacen acabar comprando desechables de las baratas. Ahora mismo yo tengo esa y la anterior, la Match 3. No uso ninguna de las dos porque con lo que me compro 3 o 4 hojillas de esas me puedo comprar 6 o 7 de las desechables. Yo no sé el resto de los mortales, pero si a todo el mundo le pasa como a mí, Gillette debe de estar perdiendo un dineral. Por mucho que la promocionen y la regalen (la maquinilla) luego los precios de las hojillas echarán para atrás a cualquiera con unos ingresos medios-bajos. Y como la cosa siga así, me veo afeitándome a navaja para poder ahorrar. Jajajajajajajajaj.
Esta noche hemos vuelto a apostar por el Barça a ver si nos da otra alegría.
Hasta aquí ha durado la alegría. Felicidades de todas formas al Barça.
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