jueves, 16 de febrero de 2012

Grandes personajes: Blas de Lezo

El pasado viernes 3 de Febrero hizo la friolera de 323 años vino al mundo un tal Blas, no tan famoso como uno de piel amarilla, cejijunto y nariz naranja, pero al fin y al cabo nació bastante cerca, en Guipúzcua, y hizo algo más que compartir habitación con un gilipollas.

Antes de que digáis nada, no pude publicar esta efeméride en su momento porque mis queridos compañeros de blog se adelantaron con sus historias.



En este país, donde se enseña la historia que le interesa al político (cacique) de turno y se ajusta a su ideología (bolsillo), vamos a recordar a un hombre que no ha ganado una Copa de Europa, pero aún y así creo que merece ser recordado.

Algunos lo llamarán patriota, otros lo llamarán fascista... y yo, yo lo considero un tío con los cojones muy bien puestos.

Este señor fué marino de guerra, de profesión, y empezó muy joven a servir en la Guerra de Sucesión española del lado de los borbones y se las vió muy negras bien prontito: un cañonazo se le llevó la pierna izquierda. Más adelante perdió el ojo izquierdo y más tarde su brazo derecho quedó inservible. Todo ello en combate naval y con apenas 25 años.

En una vida llena de batallas, victorias y peligrosas heridas, su mayor hazaña fué la defensa de Cartagena de Indias frente a una invasión inglesa.



Vamos, que si después de ver ese vídeo no tienes ganas de ridiculizar a un ingles borracho que se torna de un color rojizo en nuestras costas es que no tienes ni una pizca de sentido épico... y eso significa una cosa: you are not a high-level friki.

Y es que en aquella ocasión, al contrario que dirán algunos historiadores subvencionados por vete tú a saber qué gobierno ridículo, los ingleses no se acercaban a aquella ciudad en plan: "Eh, my friends, sólo venimos buscando un poco de sol y sangría, nosotros somos paceful people", y los españoles les atacaron traicioneramente.

Si hay que reconocer que, a diferencia de los ingleses, nosotros tenemos una gastronomía algo más que decente, ellos tienen un sentido de la publicidad histórica perfecta. Es un hecho difícil de refutar.



Uno de las mayores desgracias que sufrimos los que amamos la Historia es que algunos individuos se apropiaron de ella para beneficio propio, la prostituyeron, y los que llegaron después, en lugar de liberarla, hicieron más de lo mismo. Y es que en España siempre se ha pensado más con el estómago y la bilis que con la cabeza, que algunos la usan solamente para llevar el sombrero.

Blas de Lezo, personaje olvidado de la historia española, pese a que algunos hemos tenido muy presentes el mar y su mundo en nuestros juegos...



... claro que a mí esta afición se me pasó exactamente el mismo día que descubrí las revistas porno.

Y no soy solo yo, una cultura marinera sigue muy presente en algunas partes de nuestro país, claro que hay veces que interesa fomentarla y otras que no.




Pero terminemos hablando de nuestro personaje: Blas de Lezo murió, como cierto marinerito inglés llamado Nelson, a consecuencia de la victoria que le dió la mayor fama. En concreto parece ser que contrayó una enfermedad contagiada por los cuerpos insepultos de los ingleses. La ironía es que el anterior mencionado ingles tiene una estatua que te cagas en una plaza que te cagas, delante de un museo que te cagas, y Blas de Lezo se tiene que conformar con unas pocas calles en algunas ciudades españolas. Good for us!

Aunque por supuesto, en cosas del mar, todavía nos queda mucho por aprender de los mejores, y no me refiero a los ingleses, no, me refiero, por supuesto a los italianos.





Que son los que más saben de todo. Always.

¡Hasta la vista frikis!

3 comentarios:

Joss dijo...

La tradición naval española es, probablemente, la más épica, gloriosa y memorable del mundo.

Y en esto, como en muchas otras cosas, os supero a todos, frikis infectos. ¡Yo formo parte de esta tradición!

Sólo por poder decir esto mereció la pena el año que pasé limpiando retretes en una estación naval infecta. Por eso, y por tener la oportunidad de disparar el Cetme, noble fusil de fabricación nacional.

Juls dijo...

Esa es una de las poquísimas cosas que te envidio, mi odiado archienemigo.

Limpiar retretes de una base de la gloriosa marina eppppañola con la lengua es algo que siempre he querido hacer.

Y que me den una paliza con pastillas de jabón metidas en calcetines.

Arfonzo dijo...

Grande Blas de Lezo!

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