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martes, 24 de agosto de 2010

Clichés del Shoujo (manga para niñas)

Hoy, mis estimados frikis del par XY, os hablaré un poco acerca del shoujo manga, ese batiburrillo de obras orientadas a chicas de entre 10 y 18 años que por alguna razón suelen terminar también en las manos de chicas algo mayores (¿síndrome de Peter Pan? ¡Naaah!).



Como introducción, aquí va una tira cómica que me encontré en DeviantArt y que ilustra perfectamente un shoujo estereotípico:




Y con esto ya queda todo dicho. ¡Hasta otra!

No, es broma.

Sin embargo, sí que es verdad que, pese a la gran variedad de temáticas que puede abarcar el shoujo -fantástica, histórica, de instituto, etc. con una componente romántica adicional en muuuchos casos- la inmensa mayoría de series termina reproduciendo en mayor o menor medida los clichés de la tira cómica, además de muchos otros. Esto en sí mismo tampoco es demasiado grave, un género en un videojuego, cómic, novela, etc, se podría definir como una acumulación de una serie de tópicos, pero en el caso del shoujo llegan a extremos ridículos. Y conste que aquí la que suscribe ha leído -y lee- series shoujo con cierta frecuencia.

DISCLAIMER: Evidentemente, voy a generalizar bastante. Soy más que consciente de que hay excepciones a la norma.

Por ejemplo:

La protagonista femenina

Una constante en un 80-90% largo de las series que he leído hasta la fecha es su profunda estulticia (vamos, que es más tonta que las piedras). Además de este rasgo característico, una protagonista estándar es una chavala que va al instituto, no particularmente guapa -o a lo sumo un “patito feo”-, insegura, tirando a torpe en los estudios, deportes o la cocina, y su aspiración vital en muchas ocasiones se reduce a la secuencia encontrar novio->marido-amo->...->profit! Sería el ejemplo perfecto para un manual de la sección femenina.

Buff, yo es que a ésta la mataba...


Supongo que todo esto facilita la identificación de la lectora estándar de un shoujo con la protagonista, poniendo el listón lo bastante bajo como para que un mayor número posible de gente pueda pensar “si este pedazo de escoria termina pillándose al guapo yo también podré enrollarme con el Jonathan José”.

Entiendo que las Mary Sues -personajes tan, tan perfectos o “cool” que en realidad dan asco, véase el mítico Poochie- provocan repelús (a mí la primera) y es difícil sentirse identificados cuando la inmensa mayoría de la gente moriremos estancados en un pozo de mediocridad, pero no puede ser tan difícil crear un personaje equilibrado con cualidades en las que destaque, otras que no y alguna meta más allá de ser...nada, o una persona sometida en mayor o menor medida a su marido. En fin, será mi mentalidad gaijin, feminazi y judeomasona.

A pesar de todo esto, se las arreglan para resultar lo suficientemente moñas...quiero decir monas, inocentes, altruistas, etc, etc, como para enamorar a su contrapartida masculina y muy probablemente a otros varios tíos más.

En algunos casos, los menos, la protagonista sí consigue sobresalir en los estudios, deportes o (¡increíble!) ambas cosas, y tiene una personalidad más fuerte. Generalmente no será porque tenga una mente privilegiada (¡quita, bicho, que eso nos quita lectoras!) o un físico fuera de serie, sino porque trabaja duro, sacrificando amistades, familia y novios -hasta ese momento, claro- en pro de ser la número 1. Sin embargo, la llegada de un ser superior, su contrapartida, pondrá su arrogancia en su sitio -¡Hasta aquí podíamos llegar!
-, y frecuentemente la prota irá involucionando hacia el primer estereotipo.

Ahí donde la veis, esta chica cumple las condiciones del segundo caso




El protagonista masculino

Por alguna extraña razón la mayor parte de personajes masculinos de la serie terminan enamorados de la protagonista. Sin embargo, uno suele destacar de entre los demás.



Donde la prota era normalucha, mediocre y de clase media-baja, el protagonista es un tío súper-guapo, rico (aunque frecuentemente vivirá solo mantenido por unos padres con los que no se lleva bien), inteligentísimo, misterioso, posiblemente con un pasado oculto del que nada se sabe, con una habilidad innata para todos los deportes, y quizás con algún familiar europeo/yanqui, que le da más glamour. Por supuesto, todas las compañeras de clase de la prota le irán detrás, llegando a los extremos de montar clubs de fans del tipo en cuestión y abusar física o verbalmente de la protagonista por la osadía de decirle hola.

Pese a todas estas diferencias, el prota suele enamorarse de la pánf...de ella por su bondad inmanente y porque, como decía mi abuela “mira qué riquiña es”.

En cuanto a su personalidad, suele tratarse de dos tipos:

1) El “malote” (que en el fondo no lo es tanto), en diversos grados: los más bestias suelen llegar a tratarse de personas con tendencias psicópatas que tratan a la protagonista como un trapo y una herramienta a la que se pueden tirar en cualquier momento en que así lo deseen (pero son ricos, guapos y súper inteligentes de la muerte, así que se les perdona). La protagonista, sumisa que es ella, aceptará incondicionalmente -bueno,después de gritar y llorar un rato- porque lo ama.

El grado más leve de “malotes”, que es el que más abunda en las series, suele ser simplemente socarrón, y como el niño que tira de las coletas a la niña que les mola en el cole, les gusta hacer “de rabiar” a la protagonista.

2) El pagaf...el buen chico. Por lo general, comienzan como segundo plato, hasta que la protagonista abre los ojos y descubre que nadie la va a querer como él. Dado que son la opción más aburrida a priori por ser menos dada al conflicto, este tipo de personajes son menos frecuentes como protagonistas masculinos, y su lugar se ve relegado al de vértice en un triángulo (o polígono) amoroso más o menos evidente.

Sin importar el tipo, cuando a la prota le ocurra algo (típicamente, cuando pierda su goma de borrar o un acosador la intente violar), allí estará él cual príncipe azul para protegerla y apalear al malhechor.

Seguro que me dejo algún topicazo más relacionado con los protagonistas. Si alguien conoce más, ¡que colabore! En próximas entregas, personajes secundarios, tramas o mascotas estúpidas, cualquier cosa es posible.

Firmado: Ithil

Dios Mío, Ithil amenaza con seguir hablando del manga, y del shoujo y de más cosas como esta... esperemos que la secuestren un clan de niñas seguidoras de esta aberración y le peguen con un martillo en las manos hasta que prometa pasarse al comic serio y de calidad, es decir, al comic de superheroes Marvel de los 70 y los 80.

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