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sábado, 17 de marzo de 2012

Hasta para ser villano hay que estudiar

Da igual de dónde tomes la inspiración: cómic, cine, series, novelas, videojuegos o la vida real. Si quieres ser EL ARCHIENEMIGO, con letras mayúsculas, tienes que estudiar, te guste o no. Hay diferentes métodos para alcanzar esa fama arduamente buscada, pero ante todo, hazlo con estilo, hay que situarse en un término medio entre admirado y odiado, y si no tienes un bagaje cultural proporcional a tu ego, mejor que no salgas de casa.

No basta con disponer de los últimos avances tecnológicos o poderlos robar, siempre hay que conservar detalles que nos recuerden la grandeza de los imperios que antaño conquistaron el mundo y que luego entraron en decadencia, cosa que a ti no te pasará. Por ello cualquier forma de arte es válida, preferiblemente anterior al siglo XX: arquitectura, escultura, pintura, incunables, ...

Lección IMPRESCINDIBLE que hemos aprendido a base de ver películas: en el refugio del villano siempre debe sonar música clásica (obviamente siempre se eligen fragmentos reconocibles para el público: la clave está en que, aunque algunos no sepan decir el nombre, les suene). Es el único resquicio de sensibilidad que debes ofrecer, el resto sólo te hará más débil.

Pues bien, aquél que se precie de querer dominar el mundo tiene que reconocer inmediatamente cualquier composición clásica. Te imaginas a James Bond entrando en tu guarida y preguntándote acerca de la música que esté sonando... no puedes quedar mal, al menos no en ese sentido.

Es lo que tienen los compositores clásicos, si los escuchas hasta pareces inteligente; si además los conoces, lo confirmas. Para ello empezaremos con unas nociones básicas, que podréis encontrar en cualquier disco recopilatorio de música clásica.

Canon en Re, de Pachelbel. Esta partitura es de las más conocidas en la música clásica, entre otros, gracias a que el cine la suele emplear para acompañar las bodas como complemento a la típica marcha nupcial y a otra composición famosa de Bach.




Los claro de luna más conocidos son de Beethoven y de Debussy. El de este último es el que nos interesa para este curso introductorio. El remake de Ocean's Eleven lo utilizó en la conocida escena de la fuente.



Intermezzo de Cavalleria Rusticana, por Pietro Mascagni. También muy conocida. A los peliculeros posiblemente les sonará porque apareció en la mejor secuencia de El Padrino 3 en las escaleras de la ópera.



Esperamos que la clase de hoy os haya servido de algo. Otro día más...

lunes, 19 de diciembre de 2011

FWD: Los esbirros de Marvel, esos grandes desconocidos

En una ocasión alguien se preguntó: ¿qué sería de los superhéroes si no existiesen sus enemigos los supervillanos? Pues sería un puto gafapasta, seguro, hablando de dualidades de la vida, némesis y mierdas de esas.

Pero nosotros, en nuestro afán de búsqueda de conocimiento, vamos más allá y nos preguntamos: ¿Qué sería de los supervillanos si no fuera por el grupo de sicarios que están dispuestos a apoyarlos incondicionalmente? Sin preguntas, sin miedo, sin cerebro...

¿Alguien se preocupa por ellos? La respuesta es sí, amigos, ¡aquí lo hacemos! Así que valga este relato como testimonio de nuestra preocupación, un monumento al recuerdo del esbirro desconocido.


Lugar: La tranquilidad del lado oscuro. Institución psiquiátrica para sicarios. Tercera planta. Sala C.

- Hola, me llamo John Smith y soy un sicario del Club Fuego Infernal.

- ¡Hola John! - contestaron todos.

- Mi historia, como muchas otras, es sencilla: me licencié en la Universidad de Sicarios de Tulsa, Oklahoma. Fui un buen estudiante, se me daban bien las asignaturas de Armas Automáticas, Atentado Terrorista y Obediencia Ciega. Durante las prácticas que hice en la universidad los ojeadores del Club Fuego Infernal se fijaron en mí y me dijeron que si seguía así con mis estudios podría llegar lejos.

Cuando por fin terminé mi formación académica recibí una oferta para trabajar como becario en el Club Fuego Infernal, ofrecían un buen sueldo y tenían un gran seguro médico, que como sabéis, es algo esencial en este trabajo. Además me fascinaba su uniforme ajustado de licra negra con esas rayas rojas cruzándolo. Y qué decir de esa máscara, tan impersonal y aterradora a la vez. Acepté sin dudar.

Al principio me destinaron a una base secundaria del Club Fuego Infernal en Washington, allí me asignaron tareas sencillas: vigilar los monitores de seguridad, rellenar los cuencos de pistachos, cabrear a los doberman en sus jaulas por si había que soltarlos contra alguien y cosas así.

Supongo que lo hice bien, porque al cabo de un tiempo me trasladaron a una base secreta en Tejas donde protegía unas instalaciones experimentales sobre robótica, creo recordar que el proyecto se llamaba Guardianes o algo parecido. Allí pude destacar porque descubrí a un par de espías del gobierno intentando colarse en el recinto y pude capturar vivo a uno de ellos para que los jefes lo interrogaran. Luego me encargaron deshacerme de los cadáveres discretamente. Lo hice tan bien que me nombraron sicario del mes y colgaron mi retrato en la sala de descanso.

A raíz de aquello me ascendieron y me destinaron a la base principal en Nueva York, a cuidar de los grandes jefes. Recuerdo que pensé que aquella era mi gran oportunidad para llegar a lo más alto... cof, cof... todavía no sabía lo que me esperaba.

Aquella noche me tocaba guardia, debía vigilar en una fiesta que había organizado el Señor Sebastian Shaw para captar nuevos socios para el Club. Debía estar atento a los monitores para no perder detalle de todo lo que sucedía allí, grabar a los invitados mientras nuestras camareras les hacían felaciones, les ofrecían drogas etc... incluso recuerdo que metieron una oveja en una habitación para cierto senador de Wyoming... en fin, una operación "por si las moscas" clásica, ya sabéis como son estas cosas. Esa noche fue la primera vez que me topé con un... con un... un...

- ¿Superhéroe, John? - terminó el doctor.

- Sí, sí, eso... - le tembló la voz.

- Por favor, continúa.
- Ajá - asintió John frotándose las manos con nerviosismo -. Sonaron las alarmas y casi inmediatamente apareció la maldita Patrulla X, todo fue muy rápido, casi sin darme cuenta los jefes habían ganado la pelea, pero la cosa no acabó ahí... momentos después mientras hacía la ronda rutinaria apareció aquella bestia enloquecida con garras en lugar de manos... salió de la nada, se movía como un torbellino, y... y... ¡oh, Dios mío! - gritó rompiendo en sollozos.

- Tranquilo John, - dijo el doctor - es un buen comienzo, no te preocupes, somos conscientes de que fue un golpe muy duro, ya avanzaremos con la terapia más adelante. Hoy también tenemos a un nuevo paciente nuevo con nosotros, por favor, preséntate a todos y cuéntanos tu historia.

- Hola, me llamo Larry Phillips, y soy un sicario de la organización H.Y.D.R.A.

- ¡Hola Larry! - contestaron todos.

- Mi relación con este trabajo empezó de bien pequeñito. Mi padre era un sicario de Cabeza de Martillo y quería que yo siguiese sus pasos en el gremio del hampa neoyorquina, pero a mí nunca me gustó ese trabajo. Mi padre no lo entendió, me decía que los trajes baratos de mafioso le sentaban bien a todo el mundo, que era una buena vida, pero yo no estaba de acuerdo.

Yo intenté explicarle que eso de hundir cadáveres en el río Hudson con zapatos de cemento no era para mí, yo quería pertenecer a alguna organización con objetivos más amplios que dominar los bajos fondos de Nueva York, algo como conquistar el mundo, por ejemplo. Mi padre se reía y decía que eso sólo pasaba en las películas de James Bond, yo me enfadaba y le contestaba que todos los verdaderos mafiosos se habían ido a las Vegas hacía tiempo. Aquello irritaba mucho a mi padre y después de muchas peleas acabamos distanciándonos.

Entonces recurrí a mi tío, que ante mi insistencia, pidió unos cuantos favores y me buscó un contacto en H.Y.D.R.A. donde finalmente entré como sicario-aprendiz. Un día, mientras entrenaba en un hangar secreto colocando bombas en un avión, sonaron las alarmas. Yo era nuevo y no sabía lo que pasaba, todo el mundo se puso a correr de un lado para otro gritando como locos cuando de repente aparecieron ellos, los Ve... los Ve... los Ve-ve-ve... ... Vengadores.


La Visión apareció delante de mí saliendo del suelo, me metió la mano en el pecho y de repente un dolor insoportable sacudió mi espina dorsal (desde entonces debo drenar mis pulmones día sí, día no, pues se me llenan de líquido periódicamente).


Totalmente cegado por el dolor me quedé inmóvil un tiempo, acabó cuando sentí los repulsores de Iron Man abrasando mi espalda (debido a eso mi columna vertebral esta desplazada y no puedo dormir más de tres horas seguidas debido al dolor).


Dando trompicones llegué al lugar donde un grupo de compañeros estaban reagrupándose valerosamente, pero el Capitán América lanzó su escudo y rebotando en varios compañeros míos, acabó golpeándome en la rodilla partiéndomela por tres sitios (nunca volveré a caminar derecho y cuando hay humedad los pinchazos son un martirio).


Pero lo peor fue que desorientado, maltrecho y cojeando entré sin saberlo en el radio de acción de Mjolnir y... y... oh, santa madona... no puedo continuar... no puedo continuar...

- Muy bien, Larry, muy bien, has hecho un gran progreso al contárnoslo, siéntate y descansa… Y después de estas dos tremendas historias, para terminar la sesión de hoy, tenemos una sorpresa para todos vosotros. Ya sé que se sale la rutina y a algunos eso os pone algo nerviosos... baja el arma Ray... pero hemos pensado que sería una buena experiencia para vosotros conocer a alguien con superpoderes en vuestro mismo estado. Contestará a vuestras preguntas encantado, recién salido de una grave crisis existencial, tenemos hoy con nosotros a ¡DEMONIO VELOZ! Démosle un fuerte aplauso.


- Hola chicos, ¿cómo estáis? He venido a daros un mensaje de esperanza: la fe en uno mismo es importante. Yo mismo he estado muy mal de moral últimamente pero gracias a la ayuda del equipo de profesionales que tiene este centro he conseguido recuperarme totalmente. Y ahora decidme, ¿tenéis alguna pregunta?

- ¡Sí, yo tengo una!

- Adelante, sin miedo hijo.

- Hola Demonio Veloz, por favor, explícame una cosa... ¿porqué un tipo que tiene el mismo poder que Mercurio que ha vivido como uno más entre los Inhumanos y ha ejercido magníficamente como Vengador, ni siquiera puede robar una joyería sin que lo trinquen?

- ... ... ... ¡¡¡¡¡buuaaaaaaaa, buuuuaaaaaaaa, buuuuaaaaaaaa!!!!!

- Bien, creo que ya se ha terminado la charla. Podéis salir. Gracias a todos.

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