domingo, 27 de enero de 2013

Quevedo VS Góngora: conflicto friki

No se si os habéis dado cuenta de que últimamente la televisión esta plagada de programas en los que se venden grandes dosis de CONFLICTO gratuito, MISERIAS vergonzosas y DRAMA vacío de contenido. Desde el antiguo y lamentable Gran Hermano, hasta el nuevo y ridículo Gandía Shore, pasando por Hombres Mujeres y Viceversa, Pesadilla en la cocina, Embargos a lo bestia, American Chopper, Thabatha te necesito (sí, necesito a una zorra frígida con pinta de feminazi), Sálvame, El vestido de tu boda... joder, y voy a parar aquí porque la lista es interminable.

Lo que quiero hoy es que nos olvidemos de toda esa basura televisiva y recordar un conflicto hace tiempo olvidado pero muy interesante y productivo entre dos grandes escritores y poetas: don Luis de Góngora VS don Francisco de Quevedo.


Estos dos grandes hombres se odiaban a muerte.

Parece ser que Quevedo, más joven y directo en sus escritos, abrió las hostilidades parodiando algunos versos de Góngora para aumentar su fama. También se dice que por algo de celos y una forma distinta de apreciar la literatura.

Vamos a ver qué versos le dedicaba don Francisco de Quevedo a don Luis de Góngora:


Yo te untaré mis obras con tocino
porque no me las muerdas, Gongorilla,
perro de los ingenios de Castilla,
docto en pullas, cual mozo de camino;

apenas hombre, sacerdote indino,
que aprendiste sin cristus la cartilla;
chocarrero de Córdoba y Sevilla,
y en la Corte bufón a lo divino.

¿Por qué censuras tú la lengua griega
siendo sólo rabí de la judía,
cosa que tu nariz aun no lo niega?

No escribas versos más, por vida mía;
aunque aquesto de escribas se te pega,
por tener de sayón la rebeldía.


Esto sí que es insultar con estilo y no la mierda que vemos ahora por televisión...

Con estos versos, Quevedo llama a Góngora judío, ignorante y mal poeta. Curiosamente lo de judío es lo más fuerte, que no es como ahora que te comparan con Woody Allen o Larry David, en aquella época que te acusaran de judío podía significar, como poco, pasar una tarde entretenida con una persona encapuchada y unas tenazas enormes al rojo vivo.

Lo que Joss llama "una tarde de domingo suavecita".

Y ahora vamos a ver algunas de las cosas que decía Góngora:


Musa que sopla y no inspira
y sabe que es lo traidor
poner los dedos mejor
en mi bolsa que en su lira,
no es de Apolo, que es mentira.



Sí, amigos, la cosa se calienta.

Góngora dice que Quevedo, como es un mal poeta, se mete con él para medrar y conseguir una fama que no merece. El muy hijo de puta.

Parecen dos profesionales del puteo, como el Doctor Tangalanga y sus conversaciones telefónicas con sus amigos pelotudos. A ver quien rompe las pelotas a quien, ¿eh?




He de confesar que los vídeos el doctor Tangalanga provocan en mí sentimientos contradictorios: por un lado me río mucho, pero por otro lado también me siento culpable por el pobre hombre que esta sufriendo los insultos de un desconocido por teléfono... supongo que Clinton debía sufrir lo mismo cuando llamaba a una becaria a su despacho, preguntándose en su atribulado fuero interno: "Le digo que me la chupe ahora o después de terminar de leer estos documentos".


Otra de Quevedo dedicada a Góngora:


Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada muy barbado.

Érase un reloj de sol mal encarado,
érase un alquitara pensativa,
érase un elefante boca aariba,
era Ovidio Nasón mas narizado.

Érase un espolón de una galera,
érase una pirámide de Egipto,
las doce tribus de narices era.

Érase un naricísimo infinito,
muchísima nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.


Estos versos no hace falta que los expliquemos ¿verdad? Esta burlándose del tamaño de la nariz de Góngora de una forma creativa, y al mismo tiempo, insinua otra vez que tiene sangre judía corriendo por sus venas porque todo el mundo sabe que los judíos tienen grande la...




¿Y quien no ha utilizado la misma táctica de Quevedo contra un enemigo del colegio? Tienes la cabeza como un buque de la marina mercante, tienes las orejas de un boeing 747, tienes los ojos tan grandes como un sapo...

Curiosamente yo tengo la nariz grande, lo que significa que puedo tener sangre judía... aunque no puede ser, yo no tengo ni puta gracia, y todos saben que los judíos de ahora son la mar de graciosos (curb your enthusiasm).


Góngora no se queda callado ante tales infamias y contraataca muy elegantemente:



Anacreonte español, no hay quien os tope.
Que no diga con mucha cortesía,
Que ya que vuestros pies son de elegía,
Que vuestras suavidades son de arrope

¿No imitaréis al terenciano Lope,
Que al de Belerofonte cada día.
Sobre zuecos de cómica poesía
Se calza espuelas, y le da un galope?

Con cuidado especial vuestros antojos
Dicen que quieren traducir al griego,
No habiéndolo mirado vuestros ojos.

Prestádselos un rato a mi ojo ciego,
Porque a luz saque ciertos versos flojos,
Y entenderéis cualquier gregüesco luego



Metiéndose con la cojera de Quevedo (patizambo) y sus problemas de vista que le hacían llevar gafas e insinuando que no sabe Griego, lengua de la que el señor Quevedo era traductor. Muy sutil, Góngora, sí señor.

Ahí va otra de Quevedo:


Este cíclope, no siciliano,
del microcosmo sí, orbe postrero;
esta antípoda faz, cuyo hemisferio
zona divide en término italiano;
este círculo vivo en todo plano;
este que, siendo solamente cero,
le multiplica y parte por entero
todo buen abaquista veneciano;

el minoculo sí, mas ciego vulto;
el resquicio barbado de melenas;
esta cima del vicio y del insulto;

éste, en quien hoy los pedos son sirenas,
éste es el culo, en Góngora y en culto,
que un bujarrón le conociera apenas.




Como podéis comprovar Quevedo es mucho más directo en la escritura y no se cortaba un pelo el bastardo. Con estos versos critica la forma en la que Góngora utiliza metáforas muy complicadas y una forma de escribir muy rebuscada, pero es que también llama a Góngora homosexual, lo cual era tan peligroso como llamarle judío, ya que podía ser condenado a muerte por las autoridades.

Otra de Góngora.


Cierto poeta, en forma peregrina
cuanto devota, se metió a romero,
con quien pudiera bien todo barbero
lavar la más llagada disciplina.

Era su benditísima esclavina,
en cuanto suya, de un hermoso cuero,
su báculo timón del más zorrero
bajel, que desde el Faro de Cecina

a Brindis, sin hacer agua, navega.
Este sin landre claudicante Roque,
de una venera justamente vano,

que en oro engasta, santa insignia, aloque,
a San Trago camina, donde llega:
que tanto anda el cojo como el sano.




Aquí Góngora llama a Quevedo borracho y vuelve a utilizar la baza de la cojera. Despreciar una tara física en el insulto a un enemigo no es inteligente. Si hay que hacer daño, hay que utilizarlo todo, amiguetes.


Una más de Quevedo:



Tantos años, y tantos todo el día,
menos hombre, más Dios, Góngora hermano.
No altar, garito sí; poco cristiano,
mucho tahúr, no clérigo, sí arpía.

Alzar, no a Dios: extraña clerecía.
Misal apenas, naipe cotidiano;
sacar lengua y barato, viejo y vano,
son sus misas, no templo y sacristía.
Los que güelen tu musa y tus emplastos,
cuando en canas y arrugas te amortajas,
tal epitafio dan a tu locura:

"Yace aquí el capellán del rey de bastos,
que en Córdoba nació, murió en Barajas
y en las Pintas le dieron sepultura.



Jejeje. Con los "tantos" se refiere a los puntos que haces jugando a las cartas, como lo hacía mi difunto abuelo, también un apasionado de la baraja española, pero en aquella época era un mal vicio relacionado con ladrones y gente de mal vivir, donde una persona decente podía llegar a perder mucho dinero. Incluso la vida si no pagabas a tiempo. No todo es Hollywood y poker, amigos frikis.

Al final la cosa no terminó bien, entonces no había programas de televisión sobre reconciliaciones ni nada por el estilo, Quevedo compró la casa donde vivía Góngora para darse el gustazo de echarlo a la puta calle. Menudo cabrón rencoroso.

Y es que en la vida real no acaban todos felices y comiendo perdices. A pesar de lo que nos vendan Disney y Hollywood.

Aviso de que he mezclado los versos cronológicamente hablando, con el único afán de entretener a vuetras mercedes, pero si alguien quiere conocer la cronología de los acontecimientos y ver todo lo que se escribieron el uno al otro puede encontrarla clickando en esta frase.

Recomiendo a todo friki que se precie de ello que, siempre que pueda, vaya a disfrutar de las obras del teatro clásico epppañol que lleva a cabo la Compañía Nacional de Teatro Clásico.



Yo recomiendo especialmente las comedias, porque aún hoy son sorprendentemente divertidas. Y viéndolas en directo, representadas por grandes actores, son auténticas piezas de arte cojonudas. Especialmente las obras de Lope de Vega, es que me fascinan.

Si no vivís en la Villa y Corte, como yo, sabed que la compañía hace rutas por todo el territorio español, incluso viajan a hispanoamérica. Así que ya sabéis, no perdáis oportunidad.

¡Hasta la vista frikis!

4 comentarios:

Lobo de piedra dijo...

Desde siempre en España hemos sido de mala baba y de hacer daño al prójimo. Cuando el español sufre una desgracia no le existe mayor consuelo que el que su vecino la sufra mayor...asi nos va...

Juls dijo...

Sí que es verdad que en España ha habido mucha mala baba, eso no se puede negar.

Pero lo indignante es que ahora nos la estan importando desde fuera con programas de televisión absurdos.

Y como la mala baba patria y añeja no hay nada.

Lobo de piedra dijo...

Patria y añeja...si señor. A mi particularmente son las novelas del capitan Alatriste las que me acercan al añejo caracter del español...capaz de tener el mayor imperio y las arcas del reino vacias al mismo tiempo...

Juls dijo...

Grandes novelas, sí señor.

Si te fijas no es tan distinto de ahora, casi siempre nos han gobernado ineptos, solo pendientes de su propio bolsillo y del de sus amigos.

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