lunes, 3 de noviembre de 2008

Festividades Frikis

Como todo el mundo parece comentar sus putos viajes veraniegos en sus flamantes blogs yo no voy a ser menos, ¿esperábais mayor creatividad? ¡ja! pues lo lleváis claro, jodidos elitistas, eso sí, no voy a colgar una serie de fotos de mi persona al lado de exóticos parajes para que os muráis de envidia comparando vuestras tristes y patéticas vidas con mis increíbles experiencias vitales (y de paso me adoréis como a vuestro líder indiscutible, como a todas luces merezco) ¡aquí estamos para hablar de frikadas! y eso es lo que vamos a hacer.

Este verano tuve el placer de darme un garbeo por la Toscana... y hasta aquí puedo leer, no voy a hablar más de la cuenta del viaje porque sólo de pensar en escribir aquí una serie de episodios fuera de lugar me da urticaria (¿a que a tí también amigo Joss?).

Vayamos al meollo del asunto, el 16 de Agosto en la encantadora ciudad medieval de Siena se celebra Il Palio una vistosa carrera de caballos dentro de la ciudad, concretamente en la céntrica Plaza del Campo.

Los caballos que participan en esta carrera son sorteados entre los diferentes barrios de la ciudad y los cuidan durante todo el tiempo que duran las fiestas en lugares especialmente preparados dentro de sus calles.

Cada barrio tiene su estandarte y engalanan todas las calles con banderas. Duarnte las fiestas se efectúan varias carreras, y al ganador de la última y más importante, se le entrega un estandarte llamado Il Palio.

¿Y la frikada? Pues como algunos ya habréis supuesto, al ser una ciudad medieval el ambiente de la fiesta también es muy medieval. Y no os lo perdáis, los corredores, además de vestir una especie de pijamas muy medievales (¿?) ¡montan a pelo! con lo cual las caídas durante las carrera no son raras. Una cosa interesante es que los jinetes nunca son de Siena, los contratan a golpe de talonario (normalmente de Córcega) para asegurarse ¡de que no favorezca al contrario!

Reconocimiento de la plaza


La afición que sienten los sieneses por esta carrera es acojonante, todos llevan su pañuelo al cuello con los colores de su barrio y cada cual acompaña a su caballo a todas las carreras desde su lugar de reposo hasta la plaza, y regresan igual cantando a voz en grito (en el musical idioma de Eros Ramazzotti), acojonante, y cuando ganan, los que ganan, claro, se vuelven literalmente locos.

Justo antes de la última carrera se organiza un gran y vistoso desfile, con una representación de cada barriada formado por tipos disfrazados de soldados, escuderos y sirvientes rodeando a un campeón equipado con armadura.



¿Hay algo más friki que vestir una armadura completa a pleno sol y a más de 30 grados en Agosto? Sí, claro que lo hay, joder, pero reconocedme que eso es MUY friki.

Durante el desfile también se puede disfrutar de la visión de tipos haciendo malabares con banderas vestidos con unos mallots de vivos colores (y turbadoramente ajustados).

Pero aquí en España no nos quedamos atrás, ¿es que somos menos frikis que en Italia? ¡JAMAS! Aquí tenemos en el levante valenciano la vistosa fiesta de ¡los moros y cristianos!

Una fiesta en la que te permiten blandir un arma blanca gigantesca en medio de la calle con un claro peligro para tí mismo y para los que te ven ¡y encima la gente te aplaude! joder, eso debe ser la hostia. Hombres y mujeres respetables disfrazados como frikis paseando por la calle con espadas, escudos, lanzas y mazas ¡delicioso!



Al ver esta fiesta, una de las cosas que más me desconcertaba era el aplauso del público. No respondía a ningún patrón claro, era aparentemente aleatorio y caótico. ¿Cuándo demonios hay que aplaudir?

Finalmente me lo aclaró aquel cuyo nombre acaba en "eeeeeeeeeeee": "-Aquí se aplaude cuando alguno de los que pasa te apunta con un arma blanca más larga que tu antebrazo, más que nada por seguridad."

Otra cosa destacable es la música que lleva cada una de las comparsas,



Y por último, lo que nuestra privilegiada mente friki nos hace ver de esta fiestaca...

5 comentarios:

Joss dijo...

Odio las historias vacacionales. Excepto si me las cuenta la tía buena de la oficina, claro. En ese caso adquieren un interes especialmente inusitado.

Y también las soporto, en ocasiones, si me las cuenta alguien a quien no odie. Aunque claro, ese grupo es jodidamente reducido.

¿Por qué la gente siente la irrefrenable tentación de ir por ahí contandole sus mierda de vacaciones a personas a las que apenas conoce? Coño!, que no me interesa!

Juls dijo...

¿Es el huraño abuelo de Heidi o un desequilibrado maníaco-sociópata?

No, simplemente es nuestro Joss (y lo segundo también).

Nimendil dijo...

Me encantan las fiestas medievales...

Lo de contar las vacaciones, hombre, cuando lo haces después de vacaciones es típico. Hacerlo a principios de noviembre ya es realmente friki.

Juls dijo...

¡jajaja!
¡Tienes razón!

Lord Rilegard dijo...

También hay que recordar que aunque no sean propiamente fiestas, en muchos lugares celebran mercados medievales.

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