lunes, 20 de diciembre de 2010

Los regalos que nos esperan

Se acercan las vacaciones y entre otras cosas uno de los actos tradicionales de esta época: comprar regalos para la familia. Este año no voy a aconsejar regalos a nadie, más bien creo que necesito que me asesoren a mí. Si bien es cierto, creo que regalar a un niño es más fácil que a un persona adulta, a no ser... que dicha persona te señale el regalo en cuestión. Hacer como que te interesa algún artículo indirectamente y dando rodeos es muy arriesgado, como ya le ocurriera a Mr. Bean.

Por cierto, ¿habéis visto los nuevos carteles de unos conocidos almacenes? Sí hombre, esos que siempre van un mes adelantados con respecto a resto de la población. Me extraña que nadie se haya quejado hasta la fecha por la actitud de la modelo, aunque tampoco sé si estos carteles están en toda España. Obviamente nosotros no tenemos nada en contra de ellos, solo que nos llama la atención que todavía no haya salido ninguna organización a criticarlos.


Perdimos perdón por la calidad de la imagen... y por lo que tapan los números.


¡Oh! Parece que he hablado demasiado pronto, los carteles no llegaron a terminar la semana, y en vez de ser substituidos por uno de (digamos) rebajas, han sido cambiados por otro con el mismo eslogan, lo que lo hace más sospechoso si cabe. Estoy intentando recuperar la foto que saqué en el móvil, por el momento tendréis que conformaros con una foto de la foto.

Recordando algunos de los momentos en los que coincidí en la oficina con Juls, yo siempre tuve la suerte de tener mi rincón de la oficina junto a la ventana, y cuando me cansaba de mirar a la pantalla levantaba la vista para ver el cartel del turno de los almacenes, que solía ser una chica de buen ver, y en algunos meses ligera de ropa.

Volviendo al tema de los regalos, les he dicho a mis allegados que me compren para reyes un ukelele pero creo que no lo voy a tener. De hecho, como en breve voy a empezar a dar clases a esos jóvenes que en el futuro van a sustentar a este país, no sé si cambiar mi lista de regalos por una más efectiva de cara a lo que me espera. Dicha lista debería incluir:
* Chaleco antibalas (resistencia +2)
* Látigo (alcance +2)
* Botas de seguridad (movimiento -1, constitución +1)
* Cursillo de defensa personal (daño recibido -1)
* Videojuegos y revistas Playboy (ataque de distracción +5)
etc...
Se recomiendan gafas protectoras si no sabes utilizarlo


Tampoco quiero cerrar este post sin haber mencionado como mínimo un juego de mesa interesante para aquellos que prefieran pasar un buen rato con la compañía de los demás. Es relativamente nuevos comparado a los clásicos que revisamos el año pasado.

Dixit es un juego de cartas y la mecánica es bastante diferente a otros del mismo formato. Se reparten 6 cartas por cada participante y el jugador que actúa como narrador durante ese turno comenta cualquier cosa (una frase) sobre una única carta que tenga en su mano. El resto de jugadores seleccionan de entre su mano la carta que se acerque más a la frase anterior y la pasa al narrador boca abajo. Éste barajará su carta con todas las cartas recibidas y las mostrará a los jugadores, los cuales ahora habrán de adivinar cuál era la carta original. Dependiendo de los aciertos se reparte una cantidad diferente de puntos y se continúa con otra ronda mientras queden cartas.


¿Desaparecerán los juegos de mesa con tanto videojuego?


Los autoregalos también son ideales cuando no es factible que otra persona te los regale, bien porque cuesten demasiado, son demasiado frikis o simplemente porque quieres darte un capricho consumista. Mi autoregalo para estas fechas va a ser la edición blue-ray de The Pacific que junto a la banda sonora homónima que ya adquirí meses atrás completan mis imprescindibles de este año.

Desde frikis inside deseamos que los reyes/papa noel os traigan regalos. A ser posible los que habíais pedido.

¡¡¡¡Un saludo!!!!

2 comentarios:

Juls dijo...

Los autoregalos son los mejores, aunque algunas veces puedes fallar... los frikis somos tan raros.

Lord Rilegard dijo...

Sobre todo levantan la moral en épocas complicadas (al finalizar unos desastrosos exámenes por ejemplo).

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