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lunes, 17 de septiembre de 2012

ZX Spectrum 128K +2 (Tecnología de la buena)

Debido a la lamentable tecnología que utiliza mi archi-enemigo Joss en su base secreta, desde donde intenta dominar el mundo, las pasadas navidades me decidí a regalarle una computadora que le será muy útil para sus diabólicos propósitos: un Spectrum 128K



Los Umpa-lumpa del Dr. Joss fueron incapaces de concebir la avanzada tecnología del Spectrum, así que las prodigiosas mentes de Joss y Juls tuvieron que trabajar juntas de nuevo, como cuando salvaron al mundo de los planes de la entidad cósmico-demoníaca conocida como: Jorge Javier Vázquez, AKA: Devorador de almohadas.

Nos dispusimos a instalarlo con nuestras neuronas trabajando al 120%, pero rápidamente descubrimos que en las televisiones actuales es imposible encontrar el canal del Spectrum. Tanta pantalla plana, tantos megaherzios y tanta hostia para no detectar el Spectrum cuando lo conectas, pues vaya puta mierda de tecnología moderna.

Venciendo la decepción inicial rebusqué entre los múltimples almacenes secretos de los que dispongo para mi guerra contra el mal (casa de mis padres) y recuperé una televisión de tubo que podríamos utilizar con el Spectrum.



Nuestro tesón, capacidad intelectual y mucho tiempo libre consiguió lo imposible, habíamos detectado al fin el canal del Spectrum y empezamos a planear la programación de aquella bestia computacional para controlar hasta el más mínimo detalle de la base secreta del Dr. Joss (el nuevo y mejorado HAL).



Pero ¡HORROR! ¡el teclado no funcionaba! ¿Me habían engañado en el mercado negro? Las armas pesadas comunistas funcionaban a las mil maravillas, pero el grueso de la compra era claramente el SPECTRUM ¿me habían estafado millones de rublos en esta transacción fraudulenta? Alguien iba a pagar muy caro esa traición...

"Aunque no nos precipitemos", nos dijimos, tal vez el viaje en el caza soviético había estropeado los delicados circuitos del Spectum, así que antes de empezar un baño de sangre con nuestros proveedores decidimos comprobar si efectivamente había algún desperfecto visible en la mercancía.



No teníamos ninguna duda sobre el único resultado posible, nuestros coeficientes superiores combinados consiguieron arreglarlo gracias al uso de la telekinesia, el vudú caribeño y unos cuantos golpecicos para levantar el polvo de la placa (técnica de reparación más popular en los 80).

Mosqueados por esta falta de profesionalidad criminal al no entregarnos la mercancía en perfecto estado de funcionamiento le echamos un vistazo al resto del envío cuidadosamente.



Todo parecía estar bien, la pistola, los casettes, el jostick... había llegado el momento de comprobar la potencia sin límite del Spectrum y sus accesorios. Un poder quizá solo comparable al Cubo Cósmico, al Guantalete del Infinito, a la Corona de la Serpiente... todos juntos.

¿Qué programaríamos primero? ¿El control de seguridad de su mini estación atómica experimental? ¿el control de vuelo de los cohetes teledirigidos de largo alcance? ¿la máquina de café del comedor de su ejército de esbirros?

¡Qué coño, vamos a poner un juego!

Buscamos algún icono de los videojuegos entre los casetes y allí estaba: GAME OVER



Y esperamos...

Y esperamos...

Y esperamos...

Joder, no me acordaba que había que esperar tanto...



Y esperamos...

Y esperamos...

Y esperamos...

Pero la espera mereció la pena, al final cargó un juegazo, entretenimiento digital en estado puro.

De nuevo viajamos entre los mundos fantásticos que nos brindaba el binomio Spectrum + Game Over, con una calidad de imagen brutal paseamos ante impresionantes columnas azules y suelos de cesped verde tan reales que casi podías sentir su húmedo tacto entre tus piernas.

Maravillosa sensación embriagadora antes de morir mil veces.



Pero no teníamos suficiente, queríamos más de esa calidad pixelada y colorida, tan fiel a la realidad y a las carátulas de los juegos (Azpiri grande), así que aplazamos un poco más la implementación de los sistemas de defensa de última tecnología para la base secreta de Joss y nos dispusimos a emular a T. J. Lazer...



Y esperamos...

Y esperamos...

Y esperamos...

Recuerdo que Robocop fué uno de los primeros juegos que probé en máquina recreativa. Mi abuela Cristina, en paz descanse, me dió cinco duros para echar una partidica. Lo que lo convierte en una de mis primeras experiencias laborales... ¡gracias yaya!

Violencia cruda y desmedida ejecutada por un cyborg gigante, máxima calidad para un jovencito friki en ciernes.



Y una cosa llevó a la otra... no, no empezamos a enrollarnos entre nosotros, putos degenerados, empezamos a cargar otros juegos.





Recordamos algunos logos de la época, aunque fueron ampliamente ignorados por la juventud ochentera, porque el que se drogaba no jugaba al Spectrum, y al que jugaba no le daba tiempo a drogarse entre muerte y muerte, ¡la vida terminaba demasiado deprisa!



Más juegos y más esperas.



Putos programadores de videojuegos sin cerebro del Spectrum... os odio... ¡Y OS AMO! En esto me habéis convertido, en un adicto a la dificultad y a la fustración en los videojuegos.

Tan larga fué la espera entre carga y carga que, la primera entre mis concubinas, también se retrajo 20 años al pasado y comenzó a hacer cosas raras.



No es que no la dejásemos jugar con el Spectrum, por algún defecto congénito psicosomático ella no quería unirse a nosotros, es más, nos llamó frikis y quiso que dejásemos de jugar ¡para ir a cenar! lo sé ¡absurdo! En ese mismo instante medité seriamente meterla en un sanatorio mental pero al final decidí que esperaría un poco más.

Y como epílogo una pregunta:

¿Hay una imagen que represente mejor la paciencia y optimismo de un niño en los 80?



Yo creo que no.

¡Hasta la vista Frikis!

sábado, 8 de mayo de 2010

Azpiri y el spectrum

El miércoles por la tarde acudí a la charla que Azpiri dió en la Universidad Politécnica de Cataluña con referencia a las ilustraciones que hizo para portadas de juegos de Spectrum, y debo confesar que la baja asistencia a tal evento me dió algo de vergüenza.

Azpiri I, el grande


Alfonso Azpiri, a parte de ser un gran artista, es un orador entretenido y lleno de anécdotas interesantes fruto de trabajar en este mundillo del comic y la ilustración toda la vida y cuando me acerqué para que me firmara dos comics de Lorna descubrí también a una persona extremadamente amable y simpática.



En su juventud, en la que no había televisión (¿alguien se lo puede imaginar ahora?), le marcaron profundamente las novelas y los comics de ciencia ficción, como La Sombra o Flash Gordon, que lo dirigieron a lo que es hoy en día.

Para ganarse la vida se metió en el mundo del erotismo y a pesar de que en la entrevista que le hicieron afirmó que nunca había dibujado a una mujer una editorial italiana -los que más saben de erotismo: David de Miguel Angel, Venus de Boticelli, La doctora arma el lío de Alvaro Vitali- lo contrató y trabajó para ellos durante 6 años. Cuenta que llegaba a hacer 200 páginas al mes en blanco y negro (llegando alguna vez a las 300), y que su mujer y sus hijas tenían que ayudarle a borrar los lápices de las páginas mientras el suelo se llenaba de virutas.

En aquella época, como en España no estaba permitido la pornografía (¿alguien se lo puede imaginar ahora?), cuando entregaba su trabajo al italiano que venía a recogerlas en el aerepouerto le traían revistas porno para que se inspirase. Estos italianos siempre por delante de nosotros.

Azpiri se metió en el negocio de los videojuegos cuando lo llamó el director de DINAMIC para tener una reunión y cuando abrió la puerta descubrió que el director de aquella empresa tenía 16 años. La primera ilustración que hizo para un juego fué ROCKY.



Su trabajo causó tanto impacto que al cabo de un tiempo también lo llamaron de otras dos grandes empresas de videojuegos de la época: ERBE y OPERA SOFT, lo cual no pareció gustarle mucho a los chiquillos de DINAMIC.

Azpiri cuenta que cuando entró en el despacho del director de ERBE se encontró a Paco Pastor, el cantante de Fórmula Quinta, al que ya conocía porque él había empezado como músico (viene de familia de músicos) y se preguntaron lo mismo el uno al otro: ¿Y tú que haces aquí?



Tambien nos cuenta que Paco fué el primero que bajó los precios de los juegos para evitar la piratería que había en la época y le funcionó muy bien. Como culturilla friki mencionaremos que Paco Pastor también fué el creador de SEGA España, así que ya véis, este señor fué uno de los grandes promotores del videojuego en España.

Siguiendo el hilo de los videojuegos Azpiri cuenta que pedía ver algo del videojuego del que le encargaban hacer la portada, pero no podía porque le decían que estaba en desarrollo y no tenían nada todavía, así que le tocaba trabajar con una simple idea o concepto porque a la semana siguiente tenía que salir la publicidad en todas partes y después, en algunas ocasiones, resultaba que los programadores añadían algún elemento de su portada. Una época completamente diferente a la de ahora.

Continuando con la charla, Azpiri nos cuenta que también ha trabajado en el mundo del cine realizando arte conceptual y diseño, y dándonos detalles nos enteramos que el traje de alienígena que llevaba Miguel Bosé en la película El caballero del dragón lo hizo él.



Película que desde aquí recomendamos fervientemente al ser un producto de ciencia ficción hispana que además cuenta con el buen hacer de Harvey Keitel, Klaus Kinski y Fernando Rey. Frikismo hispano en estado puro.

Uno de sus últimos trabajos ha sido realizar una portada para un juego de MSX. ¿Cómorl? ¿últimos trabajos - juego de MSX? Pues sí señores, un nuevo juego de 8 bits desarrollado por los españoles Karoshi Corporation (más información aquí).



Allí recibimos la genial noticia de que Azpiri actualmente esta en negociaciones con DC para hacer un comic de Batman, algo que esperamos llegue a buen puerto lo más pronto posible para el bien del aficionado.



Y a parte de enseñarnos algunos bocetos de Batman también vimos alguno de Superman, del cual comentó que no es un personaje que se crea mucho, afirmando que Batman es más de su estilo. Completamente de acuerdo, maestro.

También se comentó que existe un proyecto para hacer una película de animación de su personaje más emblemático: LORNA. Y buscando un poco por el internete he encontrado lo siguiente:



Prometedor trabajo ¿no?

Uno de los últimos trabajos de Azpiri ha sido el diseño de personajes de la película de animación valenciana NINOTS, en la cual se puede descubrir claramente la mano del artista.



Ya terminada la charla y venciendo mi timidez natural le pedí un par de firmas a lo que aceptó encantado y esto fué lo que me hizo, por lo cual le estoy infinitamente agradecido.



Selección de portadas del gran Azpiri.












Al finalizar la charla Azpiri preguntó si aquello era normal, porque él no había dado nunca una charla para tan pocas personas. Yo no se si fué por la falta de publicidad al evento o por "es que ahora tienen exámenes" que soltó el organizador allí presente, pero lo cierto es que allí debería haber habido muchas más personas aunque sólo fuera para oír al Señor Azpiri, que es un auténtico maestro.

UPC suspenso en frikismo.

Ciao.

lunes, 9 de junio de 2008

Homenaje al Spectrum

El Spectrum; no fue el ordenador más potente, no era el mejor técnicamente, su pequeño procesador fue superado por los procesadores de sus competidores de la época como Amstrand o Commodore, la mayoría de sus juegos solo utilizaban dos colores… Pero, pese a ello, es el mejor ordenador que jamás haya sido fabricado.

La lista de juegos que han pasado a la historia funcionando en este ordenador casi tiende a infinito. Las horas de vicio incesante que hemos pasado delante de su pantalla son incontables. Las dioptrías conseguidas gracias a ese monitor de fósforo verde que mis padres me compraron se cuentan por legión…

Así que voy a hacer un pequeño y curioso homenaje a esta máquina. Voy a hablaros del primer juego al que jugué en Spectrum y del primer y último juego que me compré originales.

Con la compra de mi flamante Sinclair ZX Spectrum +2 128K por mi primera comunión, me regalaron dos juegos: el Spitfire 40 y el Scooby Doo.



Pero debido a un error por parte del dependiente (no recuerdo los detalles de esta historia), tuve que devolver uno de ellos. Elegí el Scooby Doo y, a cambio, me dieron el The Ice Temple.


Así pues, el honor de ser mi primer juego de Spectrum recae en el simulador de aviones Spitfire 40. A aquella tierna edad yo apenas sabía nada de aviones, así que el juego no me impresionó demasiado. No así el The Ice Temple, mi segundo juego ever y que es uno de los juegos a los que más he jugado nunca.

El juego transcurría dentro del Ice Temple, un otrora impresionante castillo actualmente congelado y convertido en un demencial laberinto plagado de bichos voladores inclasificables. Nosotros encarnábamos a una especie de astronauta que debía recorrer el laberinto, matando bichos, y recogiendo objetos. El objetivo era encontrar una especie de generadores que eran los que mantenían el templo bajo su yugo helado. Una vez encontrados, debíamos arrojar dentro uno de los objetos recogidos, consiguiendo así que el generador se parase. Creo recordar que había siete generadores.

El laberinto era siempre el mismo, pero cada vez que comenzábamos una partida, lo hacíamos en un punto aleatorio diferente.

Sólo estuve a punto de acabarlo una vez. Es uno de los recuerdos más nítidos que guardo de mi infancia. Seis de los siete generadores bloqueados. Entro en una pantalla y veo, al final, el último generador. Me lanzo hacia el con el corazón a toda velocidad, saboreando el final del juego… Y entonces un bicho informe y maldito aparece, se lanza hacia mí ¡¡¡y me mata!!!

Jamás volví a estar tan cerca de acabármelo.

Seguimos con el primer juego que me compré. Hacía ya tiempo que tenía el Spectrum y había jugado hasta la extenuación a los juegos anteriormente descritos, cuando mi padre se apiadó de mí y decidió regalarme un juego, así que fuimos al puerto a ver qué veíamos. Al entrar a una tienda, detrás del dependiente pude ver un gran póster.


Sin dudar ni un solo segundo dije: “Quiero ese juego”. Acababa de adquirir el que es, probablemente, el mejor juego de la historia de los videojuegos.

Nada puede describir la experiencia. Solo decir que, al día siguiente por la mañana, me desperté a las 7, todavía de noche, y me puse a jugar de manera insensata. El vicio que sufrí con ese juego es tal que, todavía hoy y con emuladores, sigo jugándolo.

Al poco, mi padre me compró – o mejor dicho, se compró – un joystick que unir al que ya tenía yo, solo para poder jugar a dobles. Pasábamos horas jugando a lo que nosotros llamábamos “el juego de matar chinos”.


En el juego se encarnaba al Bruce Lee de turno de la portada, el cual avanzaba por diversos escenarios machacando a todo tipo de macarras. Recuerdo nítidamente las fases: El parking, La calle de las putas, el parque, el centro comercial, el bar de los chinos y la salita de juegos del malo final. Y, cuando matabas al malo final, el juego volvía al principio. Te daban vida a los 50.000 puntos, luego a los 100.000, luego a los 200.000 y, así sucesivamente. Creo que el record fue acabarlo 3 o 4 veces seguidas.

Finalmente, el último juego que me compré. Con el Spectrum dando ya sus últimas bocanadas de aire, con la mítica revista Micro Hobby cancelada hacía ya varios meses, me dispuse a comprar el que sería mi último juego de Spectrum. Aunque, claro, entonces no lo sabía.

El juego elegido fue el Tron, basado en la famosa película.


Lamentablemente, al llegar a casa resultó que no funcionaba así que fui a cambiarlo. Yo quería el mismo, pero en la tienda no quedaban más, así que elegí otro, el Mega Phoenix. Brutal portada, pero decepcionante juego. Una suerte de Space Invaders, con mejores gráficos, enemigos finales, armas diversas, etc. Apenas lo recuerdo, le dedique algunas horas, y enseguida cayó en el cajón del olvido.



Y así termina la historia de los tres puntos culminantes de mi relación con el Spectrum. Indudablemente, un triste final para el mejor ordenador de todos los tiempos.

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